Las pensiones, amenazadas
Visto que las subidas de impuestos, la rebaja de salarios, la congelación de pensiones, el abaratamiento del despido, entre otras fechorías, no han echado a la gente a la calle, con el cuchillo entre los dientes, con ánimo de rebanar el pescuezo a los políticos que usufructúan el poder, continuarán las vueltas de tuerca hasta donde el tornillo, o el cuerpo, aguante.
Cuando estalló la crisis financiera, merced a años de políticas irresponsables de los que han jugado a alquimistas con el mercado, lo lógico hubiera sido que esos programas, esas ideas neocon, esas recetas liberales que incluían la globalización y el pensamiento único, se hubieran ido al cuerno, pues mire usted, no. Los sinvergüenzas que han puesto el mundo patas arriba y han arrojado al paro y a la miseria a millones de personas, no solo siguen campando por sus respetos, se atreven a seguir dándonos consejos y a tomar medidas contra la crisis, que son siempre patadas en nuestro culo, esos individuos siguen gobernando y todavía pueden hacer mucho mas daño.
En España, la pseudoizquierda, plagada de oportunistas, ha dado vuelta a su discurso como si fuera un calcetín. Lo que antes nunca harían, lo hacen ahora sin cortarse un pelo. Cuando la OCDE, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y demás organizaciones del capitalismo salvaje avanzan sus directrices, se aprestan a ejecutarlas y nos las argumentan aplaudiéndolas hasta con las orejas.
El capital necesita dinero fresco para continuar con sus pillerías. Con las entidades financieras empeñadas hasta las cejas y billones empantanados en el marasmo del ladrillo, con los Estados endeudados y sin capacidad de reacción, queda exprimir a los ciudadanos sin compasión para liberar recursos.
El próximo ataque va a ser contra las pensiones. Ya se habla de elevar la edad de jubilación y de que el cómputo para establecer la cuantía del retiro sea toda la vida laboral, en Román Paladino, es una argucia para que la prestación sea mínima. Y se atreven a llamar a la huelga del metro de Madrid salvaje, puede que aún no hallan visto nada.
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