Presupuestos y negociación

La negociación de los Presupuestos .

1. Los PGE (Presupuestos Generales del Estado) constituyen el armazón de cualquier acción política. Son el corazón del organismo de un país. Sin ellos, sencillamente no se puede gobernar. Esto lo saben todos los partidos políticos que aspiran a gobernar, pero también saben que los PGE van más allá de sus compromisos electorales porque sencillamente deben negociarse. Más aún, cuando se carece de mayoría y se cuenta con un Parlamento notablemente fraccionado, porque así lo han querido los electores.

2. Toda negociación presupuestaria debe estar basada en las prioridades que cada fuerza política defiende legítimamente según sus parámetros ideológicos. Es “su” aportación para que el resultado final refleje el esfuerzo de acercamiento de unos y otros. Es de “Perogrullo” hacer hincapié que el trozo mayor de la tarta presupuestaria le corresponde a quien tiene mayoría de votos y ha conseguido formar Gobierno. Tiene derecho, por tanto, a que el resultado final se incline del lado de quien ha ganado las elecciones, con las renuncias correspondientes y las aportaciones de los otros en las distintas materias que afectan a los ciudadanos. Eso solo se puede materializar en los debates en la sede de la soberanía popular, el Parlamento.

3. Nada de esto se ha visto en la primera sesión del debate presupuestario. El objetivo era tumbar las dos enmiendas a la totalidad presentadas por PP y Vox. Los ciudadanos no nos hemos enterados del contenido, argumentos, alternativas que la oposición supuestamente ha presentado en su defensa. Nuevamente, el insulto gratuito, la descalificación del otro, la demagogia de los grandes “principios” (dignidad/indignidad, la libertad, los muertos de ETA, la traición a los mismos...), en definitiva, el insoportable ruido fueron los protagonistas del debate presupuestario. Todo ello como consecuencia de que HB-Bildu había anunciado que apoyaría los Presupuestos presentados por el actual Gobierno... ¡Anatema!... ¡Vade retro, Satanás!

4. “Bombas o votos”. Es lo que dijo en su día Alfredo Pérez Rubalcaba. Dos palabras que venían a resumir lo que todos los demócratas exigieron durante tanto tiempo a ETA (incluido el mismísimo “Ansar”). Tampoco las dos palabras eran una novedad, ya lo habían puesto sobre la mesa en Irlanda en relación con el IRA, y en Colombia, con las FARC. En estos dos países, los que en su día fueron cabecillas de los movimientos terroristas forman parte de la normalidad democrática (en Irlanda del Norte forman Gobierno). En España, esto es anatema. Pablo Casado, al presidente del Gobierno: “Usted ha cruzado una línea negra con unos pactos de indignidad moral... no se puede mandar un mensaje de que la gente que ha matado a 850 personas son socios homologables”. Increíble, ¿no?, pues sí, ha ocurrido en el Congreso de los Diputados y ¡no pasa nada! Semejante barbaridad no tiene ninguna consecuencia y Casado lo sabe. Sabe que los diputados electos de HB-Bildu no han matado a nadie porque, si así fuera, estarían en la cárcel y no en el Parlamento. Sólo le ha faltado decir que los diputados de HB-Bildu son los asesinos de Miguel Ángel Blanco, para completar el circulo de su “oposición necrófila”.

5. Ahora empieza la verdadera negociación de los Presupuestos entre los grupos parlamentarios y sus cientos de enmiendas presentadas. Es el momento en el que los grupos parlamentarios y las minorías son capaces de demostrar su talante y capacidad negociadora sin perder la perspectiva de su representatividad, la que los ciudadanos les han dado. No puede, por ejemplo, Ciudadanos pretender que se incluyan en los Presupuestos la mitad de su programa electoral (nuevamente es de “Perogrullo”), pero su petición de que se rebaje el IVA al sector turístico (el más afectado por la pandemia) no es una propuesta ultraliberal ni mucho menos fascista. Igualmente, la propuesta de ERC y HB-Bildu para impedir los desahucios de las familias más vulnerables no es ninguna medida revolucionaria y, peor aún, equivalente a poner bombas. EH-Bildu en Navarra apoya al Gobierno socialista a cambio de que se estudie algo tan revolucionario y asesino como el equiparar las pensiones más bajas al salario mínimo.

6. Una vez más, algo que debería transcurrir por cauces discrecionales (como toda negociación) sin que ello afecte a la legítima reivindicación mediática que toda formación política tiene derecho a ejercer ha saltado por los aires por la peculiar manera que tiene el líder de Podemos de querer rentabilizar su presencia en el Gobierno de coalición. ¿Hacía falta escenificar a “bombo y platillo” que estás negociando con HB-Bildu los Presupuestos del Estado como vicepresidente del Gobierno? Acción que dejó a los mismos miembros de HB-Bildu con la sorpresa en los rostros, sabedores de que no son estrictamente necesarios para sacar adelante las cuentas del Estado, como sí lo fueron en el Gobierno de Navarra.

7. HB-Bildu, por suerte para la democracia española, está perfectamente integrada en la acción política y, tan es así, que gobierna en ayuntamientos vascos, solos o en coalición, es la segunda fuerza política en Euskadi por voluntad de sus ciudadanos y conocen sus “limitaciones”. Han presentado varias enmiendas razonables de profunda carga social (no de bombas) que serán negociadas al igual que otras propuestas de otros grupos parlamentarios. ¿Hacía falta escenificar (otra vez a “bombo y platillo”) que dichas enmiendas se han pactado conjuntamente entre HB-Bildu/ERC/Podemos?

Un miembro del Consejo de Ministros (y más aún, si se es vicepresidente) no puede enmendarse a sí mismo unos acuerdos. ¿Provocación? ¿Es necesario meter más ruido en la vida política española que el que ya de por sí provocan PP/Vox?

8. Al Gobierno de coalición en la Moncloa le interesa que ERC gane las próximas elecciones catalanas porque es más fácil entenderse con ellos que con los de Puigdemont (echados al monte de Waterloo). No es el caso de la correlación de fuerzas en Euskadi, donde el PNV ha demostrado su solidez como negociador tanto en su territorio como a nivel estatal, alejado de aventuras estrambóticas o de repúblicas de siete minutos.

9. Ciudadanos también arrastra su pesada mochila de la foto de Colón y de los gobiernos de coalición con el PP (apoyados por Vox) de la época de su patético líder, Albert Rivera. Arrimadas está intentando soltar lastre, para recuperar su espacio político que es el centro liberal, conscientes de que es la única manera de sobrevivir, dejándole al PP su espacio natural, la derecha sin matices, nada de centro-derecha. Nunca lo han sido ni tiene “hechuras” para serlo. Otra cosa es que pretendan engañar al electorado (hablando en plata, nunca podrán ser la CDU alemana).

Esperemos que estos días se hable de propuestas para mejorar la vida de los ciudadanos, para salir del pozo social de la pandemia... no nos caerá esa breva... seguirá el ruido insoportable que le interesa a Vox, por eso no ha presentado ninguna enmienda a los Presupuestos, ¿para qué?, esto no va con ellos.