Cuidemos y reaprovechemos el patrimonio industrial
El patrimonio industrial en el concejo de Oviedo está insuficientemente cuidado y apenas aprovechado para otros usos. Hoy no hablaremos de la Fábrica de Armas. Solo comparar el caso de la de Toledo, que hace muchos años se convirtió en campus universitario, manteniendo la casi totalidad de sus naves. Aquí parece que no es necesario más campus. Ya se verá qué uso puede dársele, fuera de “soluciones imaginarias”. Respeto y reaprovechamiento. Ese es el futuro.
La Fábrica de Gas es única en España y debería mantenerse, permaneciendo las partes más interesantes, no estamos como para tirar patrimonio. Tampoco existe en la zona antigua de Oviedo ningún lugar que sirva para hacer cultura al aire libre, como sí tienen tantas ciudades españolas. Apenas en pequeñas plazas o en la zona del Campillín pueden hacerse instalaciones provisionales para conciertos o fiestas. Ese lugar tan emblemático es idóneo para este uso. También para salas de exposiciones y conciertos, de las que estamos ciertamente escasos. También nos haría mucha falta unas aulas para Universidad Popular, no encuentro un sitio mejor que éste en Oviedo para albergarlas.
Asunto distinto son los restos de la Fábrica de Explosivos de La Manjoya, que se encuentran en los bosques de El Fulminato y La Zoreda. La parte de El Fulminato contiene estructuras de notable tamaño e importancia, muros muy antiguos de ladrillo, que le dan aspecto de castillo enorme. Lo más imprescindible sería quitar todos los árboles que salieron sobre los muros y amenazan con rajarlos y hacerlos caer. Asimismo, rellenar todos los agujeros por donde alguien pudiera caerse, y desbrozar algo más de lo poco que ya se ha hecho. En el caso de La Zoreda, la mayor parte de la obra es de hormigón, más moderno, bastante bien conservado, a la espera de que salgan a la luz otras estructuras casi comidas por el bosque, y con limpiar y evitar que haya elementos que se puedan desprender y herir a alguien, sería en un principio suficiente. Si estos restos estuvieran en un pueblo aislado y sin otro patrimonio, ya se habrían captado subvenciones y estarían más o menos musealizados. Podrían ser “la bomba”, como dirían algunos, y es cierto, el potencial lo tienen. Es cierto que se han hecho pequeñas intervenciones, pero son muy escasas, de momento.
Por último, en la calle de Almacenes Industriales se conservan unas pocas naves antiguas de cierto interés. Esa zona necesitaría tirarse en su mayor parte, para dar lugar a una zona de aparcamiento, muy necesaria, y también una zona verde con árboles y bancos y juegos infantiles, pues el barrio de Ciudad Naranco carece de un parque fácilmente accesible, apenas está el de San Pedro de los Arcos, al que a los vecinos muy mayores les cuesta acceder. Un buen “muro” de cipreses para mitigar el ruido, y la estructura necesaria para la seguridad separarían estos espacios de la vía del tren, y quedaría un espacio muy aprovechable. Y debería, a mi entender, dejarse al menos una de las antiguas naves como testigo, reutilizada para el uso que fuera. En Madrid y otras ciudades españolas hay restaurantes, teatros, bibliotecas y otros equipamientos en zonas similares.
Aprovechemos lo que tenemos, aprendamos de otras ciudades españolas y europeas. Las obras faraónicas como el Calatrava tuvieron su razón de ser, al menos en la parte de auditorio, pero pensemos en muchas pequeñas actuaciones que podrían hacerse. Quizá no serían tan “rentables”, pero quizá no serían tampoco tan “ruinosas”. La economía, la ecología y la valoración histórica están por la reutilización. Hagámoslo.
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