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Fin de temporada de la tertulia L´Alderique

19 de Julio del 2010 - César Álvarez

Se ha dicho sobre su programa cultural encuentros: «Son un gran ejemplo de que el debate sereno y respetuoso es posible y deseable. Me han permitido compartir ideas y reflexiones con un extraordinario grupo de personas»

«Creo que en vuestras reuniones habéis logrado lo que siempre es más difícil de alcanzar en estos intentos: la predisposición a un debate elegante, sin callar y sin herir»

«Los españoles gritan mucho porque se escuchan poco» (Jan Gibson)

Con la presencia como invitado de don Martín González del Valle, figura muy estimada en Asturias por sus actividades, la Tertulia L’Alderique acaba de clausurar su programa cultural Encuentros 2009-10, por el que han pasado todas las personalidades institucionales de Asturias, e incluso otras de evidente categoría en los campos naciona1es jurídico, económico, social, financiero, etcétera.

Sobre estas reuniones periódicas en el hotel Regente de Oviedo, en las que participa un Cereno determinado de gentes cualificadas, se han expresado ya no pocas opiniones, todas en e1 sentido que: se desprende de la que se recoge mas abajo, perteneciente a don Severino García Vigón, presidente de la Federación de Empresarios del Principado quien se ha manifestado así:

«Los encuentros de L’Alderique me han permitido compartir ideas y reflexiones con un extraordinario grupo de personas que me han enriquecido personal e intelectualmente. La tertulia que ha cohesionado (...) es un gran ejemplo de que el debate sereno y respetuoso es posible, ademas de deseable. Una feliz iniciativa por tanto que es ya un referente en la vida social y cultural de Asturias».

Ello se ha hecho posible gracias a que, desde el momento mismo de su constitución, hace escasos años, se ha procurado que, al revés de cuanto ocurre en la generalidad de los debates conocidos, el colectivo de Oviedo se esfuerce por mantener un diálogo matizado de serenidad y talante constructivo, al que acompaña un clima caracterizado por el respeto y la amistad entre sus miembros.

Se ha convertido en Oviedo en un foro ejemplar de diálogo y entendimiento

A este respecto no me resisto a recoger el prólogo de las normas que animan las veladas:

«Cuando nos reunimos aprendemos siempre, si tenemos en cuenta que al acierto de escuchar, sucede la sabiduría en el hablar. Por eso la naturaleza nos ha dotado de dos oídos, para prestar atención, primero, y del don de la palabra, para entendernos después».

Por lo que se refiere al epílogo del mismo conjunto normativo, tampoco tiene desperdicio:

«Coincidimos con Eugenio de D’Ors en que vale la pena cultivar el «Santo diálogo, hijo de la inteligencia y la cordialidad», ya que a pesar del desarrollo informático sigue siendo el sistema de comunicación más enriquecedor en nuestro agitado mundo».

Creo obviamente que siguen la misma linea conceptual las observaciones que se hacen en ambos párrafos.

Todo lo anterior resumidamente expuesto es lo que ha contribuido decisivamente a que desde sus comienzos, a mediados del año 2006, los Encuentros de la Tertulia L’Alderique hayan alcanzado un notable interés, al punto de que se quieren extrapolar a otras localidades, apoyando de esta manera una sugerencia del ex presidente del Gobierno del Principado, don Pedro de Silva que ha declarado:

«Lo siento, pero yo soy el que agradezco a todos los integrantes de esa asociación (...) la ocasión que me habéis brindado de compartir, en un ambiente de plena tolerancia y amistad, mis modestas ideas sobre algunas cosas, por lo que opino que en la tertulia habéis logrado lo que es siempre más difícil de alcanzar en estos intentos: la predisposición a un debate elegante, sin callar y sin herir».

Resulta fácil colegir de éstas y otras manifestaciones similares que impera un espíritu de comunicación y acercamiento en las reuniones que se celebran en el hotel Regente, de Oviedo, un espíritu muy necesario en nuestra sociedad actual, donde la crispación y el enfrentamiento, la disputa y la discordia, el descaro y la zafiedad, son las notas más sobresalientes en los cenáculos al uso.

De aquí sin duda la admiración y los alientos que esta recibiendo el grupo tertuliano objeto de atención en el presente escrito, que finalizado con acierto su programa cultural encuentros del pasado curso, se esta ocupando en estos momentos de procurar la presencia para el próximo de otras personalidades capaces de alumbrar ideas sugerentes sobre el aquí y ahora de nuestro país.

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