Influencers virtuales
Existen millones de personas que trabajan como influencers y los encontramos en todos los sectores: moda, videojuegos, deportes, etc. Lo más sorprendente de todo es que han transformado el mundo de la publicidad, cada vez son más las marcas que recurren a sus servicios para promocionar sus productos.
Si una empresa que tiene un determinado número de clientes, promociona sus productos o servicios mediante un influencer, que, a su vez, tiene millones de seguidores, ¿qué puede salir mal?
Lo cierto es que no es tan fácil como parece, una mala elección puede ser contraproducente para una marca, son muchas las empresas que se han visto perjudicadas por escoger al influencer equivocado, o por situaciones desafortunadas protagonizadas por los mismos.
Quizás esta sea la principal razón del auge de los influencers virtuales, a simple vista, todo son ventajas, por ejemplo, dicen y hacen lo que la empresa quiere, son inmunes al covid-19, al paso del tiempo, y solamente requieren una inversión inicial y mantenimiento, por lo que a largo plazo son más rentables que los humanos.
Sin embargo, no se puede comparar el grado de empatía, afinidad o credibilidad que puede despertar un semejante con el de un robot. Además, el usuario y consumidor actual valora la naturalidad y los contenidos propios y originales.
Es cierto que la inteligencia artificial destruirá puestos de trabajo, sin embargo, también creará otros nuevos y nos obligará a reinventarnos. Los influencers humanos tendrán que invertir sus esfuerzos en reforzar su identidad personal y crear contenidos impactantes para diferenciarse de esta nueva competencia.
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