Salve puestos de trabajo
Estimado Sr. Barbón, debe ser muy duro para usted afrontar el gran problema que tenemos en este momento, pero le ruego que mire de frente la cruda realidad a la que nos enfrentamos todos los ciudadanos.
Ha cerrado negocios por imperativo legal, pequeños comercios y hostelería, básicamente, porque éramos los grandes contagiadores. Y da la casualidad que cuando llevamos 16 días cerrados, la cifra de contagios sigue ahí y la mayoría de defunciones son de personas que estaban en residencias de la tercera edad.
Me gustaría que se diera un paseo por los pueblos y ciudades y dejara un poquito de lado su despacho. Se encontraría con una realidad atroz: gente tomando su cafelito en los bancos de los parques y plazas, sin mascarilla y sin distancia social e incluso fumando el cigarrillo que acompaña a ese cafelito. Gente paseando por todas las maravillosas sendas que tenemos con las mascarillas por debajo de la nariz, para respirar un poco de aire puro, tropezándose con corredores y ciclistas sin mascarilla, porque lo tienen permitido. ¡Nunca ha habido tanta gente deportista! ¡Y nunca hemos tenido en Asturias una primavera-verano perenne! ¡Desde marzo hemos tenido un clima envidiable!
Y ahora vamos a un centro comercial. Todos abiertos, vendiendo todo tipo de productos y llenos de gente.
Pues ahora le diré que los pequeños negocios no han tenido nunca una gran afluencia de gente revolviendo su mercancía y probándosela y en cuanto a la hostelería (yo soy hostelera) nos pasamos el día desinfectando las sillas y mesas que podemos tener, porque han cerrado barras y han acotado aforo, antes de que alguien las ocupe (¿como los bancos de los parques y plazas que los desinfectan cada vez que se levanta alguien?).
Ahora le voy a decir lo más triste. Todos nosotros, los hosteleros y pequeños comerciantes y toda la gente que depende de nosotros (empleados, distribuidores, pequeñas tiendas como fruterías, charcuterías, carnicerías, familias en general) acabaremos viviendo lo que nunca se nos pasó por el pensamiento, porque somos trabajadores y luchadores, pidiendo en caridad para poder comer porque no tenemos un solo euro de ingreso. Es triste, ¿verdad?
¡Pues tome nota! Nosotros, los pequeños empresarios, somos los que más impuestos pagamos, de los que viven muchas familias, incluso usted (no deja de ser un funcionario) y esto se está agotando, porque ya no podremos pagar los impuestos porque antes está dar de comer a nuestras familias.
Sr. Barbón, por favor, ahora viene el puente de diciembre. Déjenos abrir los negocios. Estoy totalmente segura de que los casos no van a crecer, porque somos responsables. La irresponsabilidad es la que tenemos ahora, paseando sin medidas, con reuniones en casas, mezclándonos unos con otros. Déjenos vivir dignamente, con nuestro esfuerzo y trabajo.
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