Celebraciones en medio del dolor y la desvergüenza
Miren hasta dónde llega la calaña del ser humano, se mueren cada día más de 500 personas, se contagian para ponerse a la cola decenas de miles, pues con este panorama, nuestros políticos y nuestra sociedad está a ver si pueden celebrar las fiestas de Navidad, Año Nuevo y Reyes; ¡seremos insensibles e impresentables!
Salvo en el apartado empresarial, que a todos nos da pena, yo quería salvar la Navidad por ellos hace dos meses, ahora se me antoja tarea complicada. Quizás puedan abrir jugueterías y pequeño comercio para la compra de regalos, pero olvídense de celebraciones por todo lo alto, estamos en guerra, y en guerra, quién se despista pierde la vida. Se sabe de soldados que murieron un minuto antes de decretarse el alto al fuego. Como decía Antonio P. “es macabro este éxtasis judeocristiano”.
Al igual que vemos morir y abandonamos a nuestras abuelas (día de la mujer maltratada) sin salud, sin medios y sin vergüenza; muchas hijas/os, nietas/os se manifestarán hoy contra el maltrato, ¿ven mayor hipocresía generalizada?
¿Hay alguna persona más vulnerable que los ancianos? Podrían decir los niños, pero los niños se protegen siempre, los ancianos, para tanta insensible y moralina colectividad, son escoria y los apartamos de nosotros: podrida sociedad.
Nadie niega el maltrato dentro de las parejas, debemos luchar contra él, aunque muchas de esas que se llevan las manos a la cabeza y se den palmadas en el pecho manifestándose hoy, quizá lleven un debe en su conciencia, lo mismo tienen a sus padres o abuelos (madres y abuelas, mujeres también) en residencias (cementerios vivientes, que nadie trata de mejorar y hacerlas dignas) o solas en casa preguntándose éstas. ¿Qué han hecho mal para merecer tanto desprecio de quien le dio la vida, crio y protegió?
Somos así de grandilocuentes y unos “queda bien” con una serie de colectivos que han encontrado en ello un filón para vivir de puta madre. Vemos morir a nuestros abuelos, los encerramos en cementerios vivientes, impasibles ante tanto maltrato humano generalizado, de esos ancianos, la mayoría son millones de mujeres (ancianas, sí, pero con los mismos derechos y protección que piden para las de menor edad), está claro esas mujeres ancianas, no cuentan para estas feministas elitistas: Hipócritas.
Hay que defender (para ser creídas) desde todos los ángulos reales. No solo los visibles, los que arman ruido, miren alrededor, quizás encuentren muchas razones a tanta desproporción insensible. Un saludo.
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