Dureza y disfraz, dentro de un orden
Hace décadas cuando los jóvenes hablaban del terrorismo de ETA, no era infrecuente que alguien dijera: “Y el terrorismo de Estado?”. Entonces se hablaba de la violencia de la Policía.
Ahora cuando se habla de las mentiras que circulan por las redes, no es infrecuente que alguien diga: “Y las mentiras del Gobierno?”. “Los verificadores de la información también mienten, pues están al servicio de los que controlan el nuevo orden mundial”. Entonces se habla de Bill Gates y George Soros, y de la dependencia de los Medios, y de la dependencia de las sociedades científicas. Dependen de los que mandan.
¡Bien!, ¡de acuerdo! Quizás el Estado ocasionalmente se pasaba usando la fuerza, sin embargo, debemos decir que el Estado genera seguridad y el terrorismo inseguridad. Quizá dentro de los entornos oficiales no sobra la transparencia, ¡de acuerdo! Pero mientras dentro de los ámbitos oficiales casi siempre se siguen unas normas. No podemos decir lo mismo de los ámbitos extraoficiales.
Ahora me vienen a la cabeza las palabras del director de una revista relacionada con la salud y enemiga del sistema: “El virus, casi seguro, un cuento chino. Las mascarillas, obligar a llevarlas es delictivo. Los test no sirven para nada”.
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