Yo también soy sacerdote
No me refiero al poder que se me ha otorgado cuando pasé a formar parte del cuerpo místico de Cristo -al ser bautizado y pertenecer a su Iglesia-, donde el sacerdote me bendijo diciendo "te nombro sacerdote, profeta y rey", precisamene porque pasaba a formar parte de ese cuerpo cuya cabeza es Cristo y por lo tanto -como todos los cristianos- participamos de todos los méritos de la Cabeza de nuestro cuerpo místico, como es natural.
Más bien me refiero a esa cantinela que han sacado ahora de al ponerse en la piel de quien sufre alguna injusticia, decir en su nombre "yo también soy tal...". Pues bien, desde ese punto de vista "yo también soy sacerdote" en la medida en que me siento identificados con ellos plenamente por el acoso a que se ven sometidos, desde el primer Sacerdote -S.S. Pío XVi- hasta el último sacerdote que lo único que hacen es dar la vida por los demás y dar ejemplo de vida, luchando por la paz mundial -cuantos países recorre el papa y su antecesor sembrando la paz- cumpliendo con las obras de misericordía.
¿Qué existe un porcentaje de sacerdotes enfermos y pervertidos que abusan de los niños o de las mujeres que acuden a confesar? ¿En el global de la Iglesia Católica esos sacerdotes u obispos o lo que sean no ocupan un porcentaje más alto que los abusadores de menores y acosadores a mujers que se dan en el global de todos los sindicatos que hay en el mundo, de todos los partidos políticos, de todas las empresas dedicadas a una misma rama y en todas las ONGs del mundo...
¡Hablen claro señores, de lo que se trata aquí es de la persecución a la Santa Madre Iglesia, por aquellos que llamándose ateos u agnósticos, en lugar de ser congruentes con sus ideas y "pasar de la Iglesia porque no les dice nada, se comportan como perros de presa frente a su víctima tratando de sacar sangre, como si a lo largo de la historia de la Iglesia no hubiera bastante derramada por nuestros mártires...!
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