¡Manos arriba, esto es un contrato!
Nací en 1979, soy, como no dejan de repetir en emails masivos, parte de la generación ochentera, la generación de la democracia y la de todas esas series, programas y dibujos de la TV que recorren nuestra pantalla de ordenador cada vez que algún amigete le da por mandar uno de los susodichos emails.
En nuestros tiempos jóvenes hemos visto como el mundo evolucionaba, hemos crecido junto con las nuevas tecnologías y un montón de avances y anécdotas históricas que recordamos a veces no se muy bien si con una leve sensación de que cualquier tiempo pasado fué mejor.
Aparte de eso y pensándolo fríamente ¿que es lo que ha hecho nuestra generación durante estas tres décadas?
Recuerdo una juventud enfocada al estudio, a prepararse, a unos padres que nunca habrían pensado que la formación no aseguraría un buen futuro para sus hijos y miraban con recelo a los padres cuyos hijos a temprana edad se iban al andamio o al soplete (afortunados ellos durante estos años, aunque ya hoy ni eso queda ya).
De 3 a 6 años en diplomaturas y licenciaturas, ocho años en la EGB, 4 en BUP y COU o en formación profesional, cursos, idiomas, paga academias, el cigarrillo rápido en la cafetería, las risas nerviosas del desenlace antes de entrar en examen y un largo etcetera.
En resumen, colega, nosotros hemos cumplido el trato. Hemos hecho los deberes. Los podemos poner encima de la mesa si tercia el tener que cerrar el trato, pero si tu opción ha sido quedarte en España; ¿que ha sido de la otra parte? ¿Que ha sido del espléndido porvenir, de un futuro digno no sin esfuerzo, pero digno con todas sus letras?
15 largos años de boom económico, 15 largos años de crecimiento del PIB de nuestro país, un 13% más de ricos en España, gentes venidas de otros países a millones y curro para todos. ¡El mayor creador de empleo de la UE y la de Dios es Cristo decían las estadísticas! ¡Lo más de lo más, me oyes?!
¿Y qué se ha sacado en claro los jóvenes (y jovenas) de las ambiciones que teníamos y por lo que luchábamos?
Trabajos basura, desempleos basura, curriculums basura.
Y cuando por fin llega el milagro, es a costa de estar dispuesto a ser una pu.. de taller o una p.. de empresa, con la boca bien cerradita no sea que todavía te manden cerrar la puerta por fuera.
Aún así, chaval y chavala, puedes dar gracias por los cambios de turno arbitrarios, las vacaciones cuando a quien está por encima le apetezca y por supuesto obligadas y avisadas con dos días de antelación; a los fines de semana currando y a las 400 horas extras al año de las que con suerte solo verás 20 en tu nómina.
Sí, España era lo más de lo más amigos. Gracias al boom económico un chaval de 23 años podía experimentar la maravillosa sensación de pasar por 6 trabajos en 3 años y de pagar por un zulo de 30m² en Madrid 800 euros al mes.
¡Rediós!, que bien estaba el país hace poco más de un año. El gobierno mostraba las cifras hinchado de orgullo y la sociedad tiraba para adelante .
Lo más increíble es que ahí estábamos compañero. Ahí seguía esa increíble sensación de que se podían alcanzar metas, de que una vida digna en nuestra tierra era posible, que como mínimo ibas a llegar más lejos que tu padre y que como te decían en la escuela tarde o temprano llega la recompensa para el esfuerzo.
Con el 20% de paro que se avecina, creo que muchos le dirían donde meterse el esfuerzo al profesor de turno en este país donde manda la picaresca y el látigo y no el buen hacer e incentivar a quien lo merece.
Siempre puede quedar el agarrarse a que nadie dio el aviso, que nadie dijo que España estaba destinada a crear un 90% de empleos de baja cualificación y no necesitaba gente con tanto título, idiomas y demás, que en vez de ser competitivos y productivos a nivel tecnológico, laboral y económico, hemos sin embargo alcanzado las más altas cotas en el consumo de cocaína a nivel mundial, en la especulación y como paraíso de mafias y trapicheos en la ya globalizada e internacionalizada piel de toro de nuestros días.
Sí. Lo reconozco, no dijimos ni esta boca es mía.
Nada, hemos tragado con todo y llegaron los 30 tacos atados a un trabajo ruín, (si es que todavía tenemos suerte), al que aferrarse para poder tirar hacia delante. Ni conocimos revoluciones, ni siquiera hemos vivido ninguna huelga digna de mención que de verdad nos tocase y entendiésemos.
Y ahora pienso sin embargo...
¿Y los jóvenes de ahora?
Todos los que han optado por la Universidad o bien hacen una Formación profesional o están haciendo módulos desengañados de los títulos universitarios o quienes están pagando por una academia de ofimática, ¿se enteran de qué va esta fiesta?
Ya no hay disculpa, ya no hay una expectativa derrumbada, porque ya solo queda lo que la realidad crudamente muestra.
Solo me gustaría deciros una cosa:
Despertad chavales, porque ya no venís de la época de un trabajo para toda la vida, tampoco el de una familia mantenida con un solo trabajador en casa como hemos visto en casa mi generación, mucho menos vais a vivir de un trabajo, un salario digno o un contrato 40h semanales porque serán 50 con suerte.
Estudiantes, universitarios y jóvenes en general ¿os suena de algo el Mayo francés?
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