La vacuna es segura y hay que ponérsela
Cuando alguien pone en duda la fiabilidad y seguridad de las vacunas está participando activamente con ese grupo de negacionistas sin más.
No hay duda de que cualquier medicamento, incluso el más común y usado paracetamol, no es inocuo, tiene una recata fila de contraindicaciones y efectos secundarios. Las vacunas también, pero siempre tendremos que poner en la balanza los pros y contras para saber que las vacunas fueron uno de los inventos más enormes de la humanidad.
Las fases finales para dar el visto bueno a la administración de vacunas son fiables e incontestables dentro de los parámetros de ciencias no exactas. La ciencia busca la mayor objetividad posible, "al llegar a las ciencias médicas, la complejidad del cuerpo humano y su diversidad individual hacen imposible hablar de ciencia exacta: se puede predecir con cierto grado de confianza, estadísticamente, pero nunca de manera precisa y tajante". Por ello, los reguladores, autoridades de la salud y Agencias del Medicamento confirman que las vacunas son seguras y sirven para lo que están prescritas, de lo contario, todos esos incrédulos supongo que sean científicos y expertos que pondrán sobre la mesa sus dudas con razonamiento propio y profesional, de lo contrario es solo hablar por hablar.
Recuerdo a un especialista del digestivo que, en conferencia informativa, exponía un nuevo tratamiento inmunológico, levanta la mano uno y dice que tiene miedo por la cantidad de efectos secundarios que pone el prospecto. -Le pegunta el especialista si fumaba, a lo que responde que sí - Pues si en la cajetilla del tabaco pusieran los efectos secundarios necesitaría otra cajetilla para llevarlo; además, efectos muchos más adversos que los de este medicamento.
Así somos, así actuamos.
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