Penaltis inexistentes: burla y grosería
Todos los socios y aficionados del gran y serio Real Oviedo hemos traspasado el empacho de tantos penaltis llegando al hartazgo. Penaltis que nadie ve, que ve un árbitro y lo mira el VAR, o que el VAR avisa al árbitro. Van ya cuatro penaltis seguidos, ¿es esto normal?, no lo es ya que son inexistentes, pequeños roces, pues sí, nunca ha habido ni empujones, ni patadas, ni mano.
Contra el Almería plantamos más que cara, hubiéramos ganado. El jueves contra el Alcorcón pudimos ganar, ya que antes del tramo final estuvimos muy cercanos a golear.
Cuco Ziganda es un señor humilde, que jamás alardea de "que si somos superiores, que si merecimos claramente ganar, etcétera". Al contrario, siempre reconoce y ve con objetividad los fallos de su plantilla. Repito, es un gran señor y un enorme entrenador, pero se le ha agotado la paciencia, declarando que en los arbitrajes siempre nos toca la cruz.
Nunca quiere meterse con los árbitros, pero ya es una insinuación reiterativa. Goza de una plantilla muy seria, equilibrada y grande, y la llamo grande como nuestro club, que tragó arena y polvo en Tercera División y no desapareció.
Corren, pelean y luchan, eso es… "ser grandes", unas veces mejor y otras veces peor, como ocurre en todo equipo.
Penaltis a nuestro favor: no se pitan, el jueves hubo uno pasado por alto. En el choque contra el Almería, otro penalti no pitado. Nos acribillan a faltas.
Nos abrasan. El jueves, tres faltas seguidas a Tejera, las faltas cometidas hacia los nuestros no las ve nadie.
Es el equipo de Segunda División al que más penaltis le han pitado; tarjetas amarillas, podíamos hacer un cuadro enorme para enmarcar.
Ziganda, harto y con todo el oviedismo al unísono. Rogaría a la directiva que se envalentone y denuncie, por favor, de una vez por todas estas injusticias.
El Real Oviedo no merece la posición que ocupa en la tabla. El miedo que nos da es que penalti tras penalti, y consiguiendo solo un punto "que no consideramos para nada punto de oro", los equipos de abajo se nos pueden subir a la chepa y las tengamos que pasar de nuevo canutas como el pasado año, sin merecimiento de todos esos puntos "chorados".
Y acabo con el enunciado de mi carta: ya es más que burla, es grosería, entendiendo por grosería descaro, incorrección, desconsideración.
La grosería no entiende de un comportamiento veraz. Directiva, equipo y afición, todos a una, ¡salvemos a nuestro Oviedín!
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