Favoritismo eclesial
Con este escrito únicamente quiero compartir y hacer patente mi malestar por lo que considero una injusticia y un acto de clasismo sin justificación alguna.
Ante la petición de realizar una misa en recuerdo de un ser querido de mi familia un sábado, para poder de esta manera facilitar el desplazamiento y la asistencia a todas aquellas personas que quisiesen participar de dicho acto, recibí una tajante negativa por parte del sacerdote de mi parroquia, ya que, según él, no es un día adecuado, puesto que tiene de antemano otros compromisos y misas pendientes, hecho que realmente no dudo.
Esta contestación (aunque no me pareció ni mucho menos razonable, ya que esto fue solicitado con suficiente antelación y como una excepción a favor personal, pues era de conocimiento de dicho párroco que la mayoría de la familia y allegados no tendrían posibilidad de venir otro día que no fuese un sábado) la respeto.
De todas formas, el asunto quedó en el olvido, hasta que sorprendentemente una petición prácticamente idéntica a la mía ha sido aceptada, por gracia divina. Al parecer no es cuestión de compromisos previos, todo depende de quién sea el interesado.
Es indignante el hecho de conocer el favoritismo que tiene con ciertas personas a la hora de, ni más ni menos, hacer su trabajo. En el cual, si por norma no se permite hacer una misa funeral un sábado, deben optimarse dichos criterios de igual forma para todos, independientemente de amistades o privilegios, ya que a los ojos de Dios todos somos iguales y no deberían existir distinciones.
Tenemos que oír que el cristianismo vive sus horas bajas, que ya no existe respeto ante la religión, y quizá sea así y se esté perdiendo el respeto, pero no al cristianismo, sino a quien dice ser su portavoz, realizando actos como éstos en contra de todo principio cristiano.
Tere Somoano, Berbes (Ribadesella)
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