Ignorancia y fanatismo
Solamente unas líneas para felicitar a don Juan de Lillo por su carta “Al señor presidente”, publicada en su periódico hace días.
En ella deja patente una vez más su calidad como escritor y su certera visión de la triste situación por la que atraviesa España, que determinados míticos personajillos de plastilina están intentando que pase a denominarse Expaña.
No pongo en duda que el actual conglomerado de Gobierno fue elegido democráticamente, como también tengo claro que eso que llaman PSOE (y yo soy Papa) rige los destinos de la nación con el ánimo de destruirla, para lo que cuenta con la inestimable colaboración de la extrema izquierda, proetarras e independentistas, que tienen como objetivo algo que no ocultan y que podría resumirse en “Expaña, capital Caracas”.
En definitiva: mi cordial enhorabuena, señor Lillo; y que determinadas mentes fanáticas continúen ladrando que es lo suyo, porque no saben expresarse de otra forma. En cierto modo, son dignos de lástima. Lo malo es que son extremadamente peligrosos. Porque la mezcla de ignorancia con fanatismo se convierte en un cóctel molotov (nunca mejor dicho) mortal.
Atentamente,
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