Colombia, el horror cotidiano
Desde el Colectivo de Refugiadas/os en Asturias “Luciano Romero Molina” hacemos un pronunciamiento público y un llamado urgente en el marco del Día mundial de los derechos humanos.
Como lo hemos venido denunciando, con el acompañamiento de Soldepaz Pachakuti, la situación de derechos humanos en Colombia es cada día más grave. El gobierno de Iván Duque se niega a implementar los acuerdos firmados en La Habana en 2016 con las antiguas FARC EP, se niega a avanzar en los diálogos con el ELN y permite el accionar criminal e impune de los grupos paramilitares y sus ataques sistemáticos contra la dirigencia social y contra la población civil en muchas regiones del país.
A diario hay masacres, amenazas, desplazamientos forzados, crece el número de asesinatos a líderes y lideresas sociales y de excombatientes de las FARC EP que entregaron sus armas. El mundo celebra el Día de los derechos humanos, pero en nuestro país, en esta semana violenta, seguimos enterrando a decenas de personas asesinadas por su liderazgo social y por defender los derechos humanos.
La situación en el departamento del Cauca no puede ser peor. Hacemos un llamado urgente a la comunidad internacional a que se pronuncie frente a la persecución que está sufriendo el movimiento social en general y en especial los pueblos originarios del departamento.
Como lo denunció el Tejido de Defensa de la Vida y los Derechos Humanos, este fin de semana asesinaron a Eduardo Pino Julicue, hijo de la exconsejera de la ACIN en el municipio de Caloto, Cauca. Asesinaron también en el sector de Gualanday, zona rural del municipio de Santander de Qulichao, a cuatro personas, tres de ellas comuneros del Resguardo de Munchique.
Sumado a esto, han circulado dos panfletos en los que amenazan de muerte a las autoridades indígenas, líderes sociales, personas defensoras de derechos humanos y líderes políticos de la oposición.
Desde el ejercicio diario de la defensa de la vida y los derechos humanos, expresamos nuestra solidaridad y fortaleza a las familias de las víctimas, a las personas amenazadas y a sus organizaciones.
En el Día mundial de los derechos humanos, el grito por la vida en Colombia no puede seguir siendo ahogado en sangre.
Pedimos que desde España se presione al Gobierno de Colombia para que actúe contra los asesinos, y para que asuma su deber de construir democracia, paz y justicia social.
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