La delgada línea de la amabilidad
Hoy he escuchado por quinta vez en menos de dos una frase muy new age y repetida en los diálogos del crecimiento personal donde te dicen que seas más amable con los que no lo son contigo, porque son quienes más lo necesitas.
Y yo digo BASTA.
Basta de aceptar la mala educación, la descortesía o incluso los insultos como algo natural, basta de no poner fín a ese tipo de comportamientos y aceptarlos. Se trata de no únicamente tener compasión por el ogro del banco enfadado que te ha faltado el respeto o ha sido desagradable, sino de hacerlo hacia uno mismo y trazar la línea de lo que es aceptable.
Nunca sabremos qué está sucediendo en la vida del banquero para que se comporte así, pero yo sí quiero tener constancia de que en la mía pongo límites y exijo el respeto que doy y merezco.
En el fondo todas/os queremos lo mismo: sentirnos queridos, sentirnos escuchados y sentirnos parte. Aprendamos a ser amables, a desarrollar educación emocional para expresar cómo nos sentimos en lugar de a pasar por alto las faltas de respeto y la poca comprensión del resto de personas.
No dejes que nadie te arruine el día, porque como hemos dicho, no sabes qué está pasando por la vida del otro, pero no te olvides de tí misma/o y del respeto que mereces.
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