El discurso de Navidad de Felipe VI
Ahora que arrecian las críticas a la Monarquía como consecuencia de las “irregularidades” fiscales que se le atribuyen al Rey emérito Juan Carlos I, es quizás el momento más apropiado para considerar lo que representan la Institución y la figura de Felipe VI como Jefe de Estado.
No es un asunto menor el hecho de que el actual Monarca lo sea por mandato de la Constitución de 1978 y que mientras esta no se modifique lo es de pleno derecho. Y para que esto sucediera tendríamos que ser los ciudadanos españoles, mayoritariamente, quienes decidiéramos mantenerla o adoptar una nueva forma de Estado.
Es evidente que la Monarquía no pasa por un buen momento y que a Felipe VI se le amontonan los problemas, pero hay que reconocer que hasta ahora ha sabido abordarlos y que su labor está resultando intachable, por lo que habrá que confiar en que sabrá resolver los que tiene ahora encima de la mesa.
Aunque se espera mucho de su discurso de Nochebuena, no creo que vaya más allá de desearnos Felices Fiestas, porque parece más sensato, dadas las circunstancias, dejar que cicatricen las heridas y esperar mejores momentos para tomar determinadas decisiones que refuercen el papel de la Corona.
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