Los comunistas berrean, los socialistas roncan y los populares invernan
¡La campaña de desprestigio contra don Juan Carlos, y por extensión contra su hijo y la Casa Real, es vomitiva! La hacen quienes, gracias al hoy tan denigrado “emérito Rey”, pueden vivir en democracia (que no en paz, que esto es otra cosa). Olvidan que don Juan Carlos juró los principios del Movimiento Nacional, de 1958. Y así y con todo hizo una transición desde “la ley, a la Ley”. Así lo reconocen varios actores de la época (Torcuato F. Miranda, Orti Borras, López Bravo, Federico Suárez y un largo etcétera). Pasó de tener todos los poderes, como sucesor a título de Rey, a no tener prácticamente ninguno a día de hoy. Es –además de injusto– una persecución contra la monarquía, elegida como forma de Gobierno por todos los españoles, en un referéndum libre y democrático, lo que está padeciendo hoy el Rey emérito. Y no lo hacen, (algunos por traidores sí) quienes fuimos partícipes de la transición. Lo hacen quienes, desde el rencor, extraído de libros, que han falseado la historia, les han hecho creer que la forma de Gobierno en España debe de ser otra República, por haber sido sustraída, la que fue impuesta, tras unas elecciones municipales. República, la 2º, que no trajo más, que ruina, muerte, desolación, odio, persecución, envidias y cárcel. República, que no fue una consecuencia de los republicanos, sino de los socialcomunistas (como ahora), que solo la quisieron para implantar la dictadura del proletariado tan de moda en los años 30.
Algo, obviamente, contra lo que media España se opuso, y fue consecuencia de un derramamiento de sangre, que hoy algunos quieren enterrar en cal viva. No pueden, los hijos del comunismo actual, o del socialismo bolivariano, lograr fuera de las urnas –otra vez más– que España vuelva ser otra república (la tercera); pues si lo lograran a costa de denigrar a la Casa Real, pudieran volver a otra abdicación, y a otra república, como consecuencia, no ya del pacto de San Sebastián, sino del parto de la Moncloa, donde otra vez de nuevo los comunistas se han hecho con las riendas del poder a costa del socialismo, que hoy no hace ni caso, a los Largo Caballero o a los Indalecio Prieto, que han reconocido con el tiempo, que con los comunistas nunca más. Aún vivimos la generación de la reconciliación, y de la libertad sin ira. De la lucha por las libertades y por la democracia, pero nunca por que la república fuera o fuese la forma de Gobierno tras la muerte de general Franco. Eso... no fue así, ni es así... los españoles no quieren un partido comunista ni en sueños. Y si hoy existe es gracias a los socialistas de Zapatero y de Sánchez, o a los asturianos –que todo hay que decirlo– Lastra y Barbón; pues el PCE es desde hace años residual y así debiera seguir, como en todas las sociedades avanzadas. Las horas dedicadas por los medios de comunicación a la figura del Rey emérito, a sus hijos y a sus nietos, repito de deleznable. Y lo es porque quien esté libre de culpa “que tire la primera piedra”. Y no es racional que sean mejor tratados los personajes del mundo de la farándula que quienes han traído a los españoles, pan...y con mayúsculas PAN, libertad, democracia y progreso. Así es que por lo que se ve, el covid -19, está siendo, queriéndolo o no, el caballo de Troya, por el que se está colando en España, un fantasma que ya recorrió Europa... El comunismo... con las checas, y las casas del pueblo. Que en las primeras, asesinaban, en las segundas nunca dieron un “plato de sopa” a ningún obrero...
¡Que nos vacunen ya... que nos inmunicemos ya...! o de lo contrario (a las colas ya nos estamos acostumbrando) nos llevan a Venezuela o al paraíso cubano, asaltado los cielos por una conjunción, socialcomunista, que solo trae miseria... Por eso, la berrea es hoy comunista, el ronquido es socialista y la internación de los populares.
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