Unas Navidades muy normales
Durante el confinamiento, muchos teníamos la sensación de que pasaríamos un verano muy distinto a los anteriores. Y visto en perspectiva no fue así. La desescalada nos permitió disfrutar de las playas, piscinas, restaurantes y quedadas con los amigos. Con restricciones, pero al fin y al cabo un verano bastante “normal”.
Después vino lo que todos conocemos, la famosa “segunda ola”. De esos polvos, estos lodos. Pues parece que no aprendemos. Hace dos meses pensábamos que cantaríamos los villancicos por Zoom y ahora empezamos a hacer prácticamente los mismos planes de cada año. En cada familia se escuchan frases como: “El 25 comemos con tus padres” o “en Nochevieja cocinamos nosotros”. Una de las paradojas es que hay mucha gente que quiere hacerlo bien, y tiene sentimiento de culpa por no querer ver a sus familiares, y, al final muchos, acaban cediendo.
Una cosa está clara: estas Navidades nos van a traer graves consecuencias. Seamos responsables.
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