Privatizar el arco iris
La no tan sorprendente noticia de que el agua ya se estaba cotizando en Bolsa nos retrotrae a los avisos a navegantes que de forma rutinaria se han venido compartiendo sobre los ilimitados deseos de apropiación indebida del capitalismo.
Ni la tierra, ni el aire, ni el agua están exentos de entrar en el juego de las ambiciones acumulativas.
Puede ser que Ensidesa o Alcoa pasaran de la propiedad pública a la privada, sin mucho "aviso" de lo que ello significaba para el futurible de las gentes que allí trabajaban, y ahora algunos se "recuerdan" y padecen esa privatización.
(Al parecer el monto de privatizaciones del Gobierno Aznar solo es comparable con las del Gobierno Felipe González en cuanto a que el segundo dejó iniciadas privatizaciones parciales que el primero únicamente tenía que concluir: con el resultado -120 empresas estatales vendidas- "neoliberal" de despatrimonializar al Estado y enriquecer y acumular más poder en los sectores bancario-industriales, muchos de ellos ya enriquecidos en el tiempo de la dictadura).
Puede ser que la Telefónica estatal fuera vendida por cuatro denarios, aquí en el Gobierno de Felipe o en Perú en el Gobierno Fujimori.
Y ahora el agua. Es un decir, porque los acuíferos grandes, los estratégicos, hace tiempo que están en la "bolsa" sin fondo de transnacionales bancarias, o de la Nestlé suiza o la Coca-Cola yanqui.
Sin embargo, ahora la colocación del agua en el mercado de valores futuros como si fuera oro o petróleo ha recibido el "aviso" o el rechazo de la Organización de las Naciones Unidas por atentar contra el derecho básico de todas/os al agua.
El relator especial sobre el derecho al agua potable y al saneamiento ha expresado su preocupación por la creación del primer mercado de futuros del agua en el mundo, y dice que esto invitará a los especuladores a comercializarlo como el oro y el petróleo.
El agua "está estrechamente ligada a todas nuestras vidas y medios de subsistencia, y es un componente esencial para la salud pública" afirma el relator de la ONU, que insiste su importancia como parte de la lucha contra la pandemia de covid-19.
"El agua ya está bajo una amenaza extrema por una población en crecimiento, una demanda creciente y una contaminación grave de la agricultura y la industria minera en el contexto del impacto cada vez mayor del cambio climático".
"El agua tiene un conjunto de valores vitales para nuestra sociedad que la lógica del mercado no reconoce y, por tanto, no puede gestionar adecuadamente, y mucho menos en un espacio financiero tan propenso a la especulación".
El derecho humano al agua potable fue reconocido por primera vez por la Asamblea General de la ONU y el Consejo de Derechos Humanos en 2010.
Y el citado relator es español: Pedro Arrojo-Agudo, catedrático emérito de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza.
La privatización del agua de Cochabamba en el año 2000 ("También la de lluvia") daba lugar a la sublevación popular, la "guerra del agua", que lograba revertir la medida y mantener el control estatal y comunitario del agua potable y de las comunidades de regantes en aquel departamento boliviano.
Ahora si nos quieren vulnerar el elemental derecho al agua especulando con su supuesto valor comercial mientras miles de millones de personas no tienen el acceso elemental que debiera ser obligatorio... ¿habrá nuevas insurrecciones en defensa del arcu la vieya?
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