La Nueva España » Cartas de los lectores » Tribuna » Navidad llena de luz

Navidad llena de luz

18 de Diciembre del 2020 - Carmen González Casal

El pasado 4 de diciembre Oviedo estrenó su Navidad con el encendido de las luces. Tras accionar el Alcalde un sencillo dispositivo, la ciudad –especialmente su centro y casco histórico– comenzó a brillar. En un instante, calles y plazas se inundaron de luz y color, y los villancicos, con su melodía evocadora, pusieron una nota de alegría. Nunca Oviedo brilló tanto. Uría y la Escandalera, Pelayo y San Francisco, el Campo, la plaza de la Catedral o la del Ayuntamiento... discurren desde entonces en una parpadeante sinfonía multicolor que atrae a niños y grandes que buscan la foto idónea en el momento perfecto, aquel donde las luces muestran su colorido más espectacular.

Quizás algunos discrepen de tanta abundancia o echen de menos la luz en su calle, pero necesitábamos algo así, aunque sea simbólico, aunque no cambie nada. Necesitamos que todo vaya volviendo a la normalidad: que la hostelería resurja, que las tiendas más grandes abran sus puertas, que la vida y la ilusión vuelvan a nuestras calles, a nuestras vidas…, aunque, a la vez, asumamos –sin quejas cansinas– que nada es como hace un año y, sin bajar la guardia, seamos responsables en el uso de la mascarilla, en la higiene de manos y la distancia social, que no están reñidas con la cercanía de corazones, con los sencillos e ingeniosos detalles que, al dictado del cariño, llegan al alma llenándola de energía. No podemos perder lo que es la esencia de nuestra cultura, donde la hospitalidad, la calidez y la acogida tienen un lugar primordial. Decía, muy a propósito, el escritor Washintong Irving: “Navidad es la temporada para encender el fuego de la hospitalidad en la sala, la llama genial de la caridad en el corazón”.

SUMARIO: La iluminación navideña como símbolo del nacimiento de Jesús

DESTACADO: En un mundo donde las sombras, los miedos y las incertidumbres ganan terreno, se necesitan, más que nunca, certezas, creencias, que nos den seguridad, confianza, que irradien luz y sentido a nuestra vida

Curiosamente, esta Navidad, que nos disponemos a celebrar en el mundo entero, tuvo su origen en una cueva de Belén hace 2020 años. Más carencias no podían tener sus humildes moradores. Sus sueños se rompieron tras el edicto de César Augusto, como narra Lucas en su evangelio, y el viaje a Belén trastocó sus planes, dejando en Nazaret lo prescindible. Una burra no podía llevar mucha carga. Y en esa gruta oscura –establo de animales–, con solo dos personas y dos bestias (un aforo más pequeño del que hoy se nos permite, por nuestras circunstancias especiales) se hizo la primera luz con el nacimiento de un Niño, porque ese recién nacido era la misma luz. Luz que atrajo a pastores y reyes, iluminando, desde entonces, las vidas de miles de mujeres y hombres de buena voluntad.

En esa luz está el origen de que, por estas fechas, árboles, calles, balcones y establecimientos se adornen con luces de colores de alegres destellos todo. Nos lo recordaba hace un par de años el Papa Francisco en uno de sus tuits navideños: “El árbol de Navidad con sus luces nos recuerda que Jesús es la luz del mundo, es la luz del alma que ahuyenta las tinieblas de la enemistad y abre espacio al perdón”.

En un mundo donde las sombras, los miedos y las incertidumbres ganan terreno, se necesitan, más que nunca, certezas, creencias, que nos den seguridad, confianza, que irradien luz y sentido a nuestra vida. Para los cristianos la primera Navidad es un referente claro. Bajo su luz podemos enfocar la situación que nos toca vivir en estas Navidades que pasarán a la historia como las del coronavirus. Mirando a ese humilde portal, será más fácil asumir no ver a ese hijo que vive fuera o no estar con los nietos o cenar solos, sin ni siquiera allegados… Precisamente, en la primera Navidad no se celebraron cenas, ni hubo regalos y turrones, solo el cariño de unos padres, y el calor de una mula y un buey. Y no faltaron la alegría y la paz, tan características de esa primera Navidad, que deberían inundar siempre la vida de los mortales.

Que 2021 nos devuelva la normalidad y que contagiemos a muchos la alegría y la paz que nos trajo un Niño hace 2020 años. ¡Feliz Navidad llena de luz a todos los que lean estas líneas!

Cartas

Número de cartas: 45567

Número de cartas en Julio: 28

Tribunas

Número de tribunas: 2069

Número de tribunas en Julio: 2

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador