Un niño feliz
Ya tiene 10 años y es el motor y la estrella de nuestras vidas... No sabíamos el alcance de ver a un niño feliz hasta el momento en que Iniesta nos llevó a la gloria... Lloraba y se abrazaba con sus amigos mientras los padres gritábamos hasta la afonía (que me perdone Miren Vilella Arriortúa por frivolizar con la afonía de distinta etiología...).
Y el día anterior erre que erre los separatistas catalanes (ni un tercio de los catalanes a Dios gracias) renegando de España, que algunos ni van a Andorra en coche para no ver a la vuelta las flechas que señalan «España 20 kilómetros»...
Y Puyol abrazándose con Casillas, y saludando tras la semifinal a nuestra Reina de España con la «equipación de ducha»...
Y Víctor Valdés abrazando con lágrimas en los ojos a Reina, y eso que no salieron del banquillo ni un solo día... Hubo dos «Reinas» talismanes...
Y los niños de Sudáfrica, blancos y negros, de la mano de los grandes al comienzo de cada partido, dónde quedó ya el «apartheid» de antes de Mandela...
Y el médico de la Roja, Óscar Luis Celada, como cuando estudiaba Medicina en Oviedo y jugaba en el Sporting, con su cara de buen chaval, saltando como un crío...
«Mami, cuando yo tenga 14 años volveremos a ganar el Mundial»...
Dices tú de fútbol...
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