Lavarse las manos a todas horas
Tenemos ya tan interiorizado el gesto, que nos lavamos las manos continuamente, de forma espontánea e incluso compulsiva, haciendo de esta rutina nuestra norma de vida, como si expulsáramos bichos y fantasmas a través de las manos.
Nos lavamos las manos al llegar y al salir de casa, al entrar o salir del supermercado o de cualquier otro tipo de tienda, de la oficina, del cine o del bar de la esquina. Antes y después de saludar a un familiar, a un amigo a un vecino o a cualquier persona que se cruce en el camino.
Lavarse las manos era una costumbre extendida mucho antes del coronavirus, pero nunca antes la habíamos puesto en práctica a todas horas, en cualquier momento o circunstancia.
Hay quien dice que el Gobierno también se las lava, pero esa es otra cuestión, que no quiero hablar de política.
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