Ayuntamiento de Rioseco, gracias
El día 14 de diciembre falleció mi tía Amada Orviz Montes, esposa de Alberto Ramos Ramos. Vivía en el hermoso pueblo de Villamorey, perteneciente a la parroquia de Rioseco, en el concejo de Sobrescobio.
Digo todo esto y aclaro dónde vivía porque, aunque ella era de Bimenes, hizo suyo y amó desde siempre al pueblo de Villamorey, a cuyos vecinos adoraba y ellos a ella. Pero el motivo principal de mi carta es para agradecer, sobre todo, en nombre de mi tío, ya que no tiene hijos, la ayuda prestada por la asistencia social del Ayuntamiento de Rioseco, y lo digo porque lo viví: el trato de las chicas de la ayuda a domicilio –no lo pueden hacer mejor–, el cariño incondicional, la amabilidad, su sonrisa a todas horas. Lástima que no sepa los nombres de todas para enumerarlas una a una, la confianza que les proporcionaban no se puede describir con palabras.
Tengo que dar las gracias también por su trato familiar conmigo cuando hablaba por teléfono con ellos; por un lado, a Berta, la concejala de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Rioseco por el cariño conmigo y, por supuesto, con mis tíos buscando siempre lo mejor para ellos. Y a Irene, la asistente social y coordinadora de Ayuda a Domicilio, atendiéndome siempre al teléfono y prestando toda la ayuda necesaria. Sinceramente, no se pudieron portar mejor y espero que sigan así. “Aún queda mi tío”.
Ellas dirán que es su obligación, pero lo que se hace por obligación no se hace con tanto cariño. Mil gracias.
Tengo que hablar también del Hospital del Valle del Nalón por lo mismo, por su trato familiar, y en especial a Viki, a la que no conozco más que por teléfono pero que ayudó muchísimo a mi tío en su espera en Urgencias mientras atendían a mi tía, no lo dejó ni un momento dándole ánimos y cariño y facilitándole también incluso su teléfono particular por si la necesitaba; al personal de la centralita, por la amabilidad con que te contestaban cuando llamabas por teléfono; a las enfermeras de las plantas, que parece que te conocen de toda la vida. Por todo ello y en nombre de mis tíos: ¡Gracias!
Por supuesto no esperábamos menos de nuestra gente de la Cuenca Minera, ellos son así. “Gracias por ser como sois, gracias al pueblo de Villamorey y gracias al Ayuntamiento de Rioseco” en nombre de mi tío Alberto y en el mío propio.
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