El legado de Pepe Cosmen
Dentro de la incertidumbre que se ha colado en nuestras vidas, algo tenemos seguro, el servicio que ofrece la empresa Alsa.
Hago esta reflexión mientras espero en la dársena 7 del intercambiador de Moncloa en Madrid el autobús para Oviedo, pues durante estos meses he podido mantener mi rutina laboral gracias a una amplia oferta de horarios que cumplen con la puntualidad británica que les caracteriza. Salvo por las nuevas medidas de seguridad que todos conocemos y que Alsa cumple con rigurosidad, podemos disfrutar de servicios dentro de la más absoluta normalidad, y creo que no solo es de agradecer, sino también de reconocer.
Autobuses de Alsa de distintos modelos y colores entran y salen de la estación de Madrid, en el interior apenas se vislumbran un puñado de pasajeros, y entonces a mi memoria vienen de manera espontánea las vistas de mi casa en Oviedo durante el confinamiento, la soledad de la autopista, una imagen que, por triste e impactante, será difícil de olvidar.
Soledad rota por el Alsa, que hace su ruta como siempre, directo y seguro, como si la cosa no fuese con él; sin embargo, cuánto esfuerzo de toda índole implica cada uno de estos trayectos. Con todo, Alsa se mantiene firme a su compromiso.
Al tiempo, inevitable no pensar qué pasará por la cabeza de los conductores con el único y nuevo compañero de viaje, el silencio. Conductores que son seña de identidad de la empresa, pues su profesionalidad y buen trato marcan la diferencia de esta.
Mi viaje llega a su fin y en la estación de Oviedo busco en mi teléfono la opción de “ubicación”, quiero enviar al grupo de familia un mensaje para decir que ya estoy en casa. Entonces veo “calle Pepe Cosmen”, y la reflexión que empecé en Madrid con admiración la cierro ahora con orgullo, ya que el artífice de la empresa Alsa, líder del sector de transporte de viajeros en España, fue el asturiano Pepe Cosmen, profeta en su tierra por muchas cosas, la de “buen paisano” entre ellas, pues así le definen todos los que le conocieron.
Pero para orgullo el que tiene que sentir él al ver su legado bien conducido, nunca mejor dicho, rumbo a una gran expansión haciendo honor a su eslogan, “hasta donde tú quieras”.
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