La nueva ley de Educación y la enseñanza concertada
Trabajé durante más de cuarenta años en un colegio que primero era privado, después subvencionado y al final concertado. Y siempre se repite la misma historia.
Cada vez que se discutía o implantaba una ley educativa, siempre oía: “Van a cerrar la concertada”. Y aquí siguen los colegios concertados. Y no por las movilizaciones de los empresarios del sector, apoyados siempre por los partidos de la derecha y algunos sindicatos, sino porque, aunque se quisieran cerrar estos centros, no puede la enseñanza pública acoger a todo alumnado.
No voy a entrar a comentar los aspectos de la ley, me voy a centrar, como representante que fui del sindicato CC OO durante varios años de la enseñanza privada y concertada, en los y las trabajadoras del sector que veo en esas manifestaciones y no entiendo qué reivindican.
Hay que recordar que, durante años, y más en estos últimos, se han cerrado muchos colegios debido a la baja natalidad. El sector concertado perdió numerosos puestos de trabajo. Hubo mesas de negociación en las que participamos los sindicatos y se firmaron acuerdos que consiguieron recolocar a muchos y muchas compañeras. Pero, no nos engañemos, el dinero lo puso la Administración. Las empresas, salvo excepciones, contrataban a cambio de ampliaciones de plantillas o de horas de apoyo. Y algunas ni con eso querían recolocar en sus centros a docentes “que no conocían” a pesar de sus muchos años de experiencia, porque “había que respetar la libertad de contratación”. Yo estuve en varias de esas mesas y sé de qué hablo.
La concertada está en el sector privado, que se rige por un convenio donde se regulan las condiciones laborales como la reducción de horario lectivo, obligación de recolocación de personal que pierde su puesto de trabajo por cierre de colegios, aumento de salario, entre otras. Es cuando se está negociando el convenio donde sí creo que deben estar participando los y las trabajadoras.
Hay que saber en qué lugar hay que estar. Las empresas tienen sus propios intereses que muchas veces no coinciden con los nuestros.
Lo que sí creo y en lo que todos coincidimos es en la atención a nuestro alumnado. Yo durante los años en que fui representante sindical traté a muchos docentes y personal no docente de muchos colegios y supe de su dedicación y gran profesionalidad.
Y quiero rendir aquí un recuerdo especial a mis compañeras que nos dejaron estos últimos años: Isabel Vázquez, Mari Carmen, Susú, Pili y Marta.
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