Colegio Público Isabel Palacio
La noche del viernes leí en LA NUEVA ESPAÑA que el Colegio Público Apolinar García-Hevia, donde cursé tanto mi etapa de Infantil como de Primaria, cambiará su nombre para llamarse La Toba. Esto se debe, según la noticia, a que García-Hevia fue "un delator de maestros de la República". Nada más cierto, he de decir, puesto que yo mismo y tres compañeras más realizamos el año pasado, en pleno Segundo de Bachillerato de la pandemia, un trabajo de investigación sobre una maestra a la que denunció tras la Guerra Civil, cuyo nombre era Isabel Palacio y que aún es recordada con cariño en Llaranes por sus exalumnos como una maravillosa docente.
Isabel Palacio, ferviente defensora de la República y que sufrió una persecución que ella misma tachó de ignominiosa en el pueblo de Lavio (Salas) tras la Revolución de Asturias, fue trasladada con posterioridad a Llaranes (habiendo denunciado su anterior situación en vano), donde continuó ejerciendo como maestra. Tras la Guerra Civil fue arrestada y pasó tres años en la cárcel, acusada de ser marxista, atea, adoctrinar a los niños y haber saqueado la biblioteca de cierto párroco (algo que ella negó categóricamente, a diferencia de su activa participación en la política avilesina). Me pregunto si la alcaldesa de nuestra villa y el presidente del Principado, sendos socialistas, son conscientes de la existencia de la profesora, que fue miembro de su partido.
Independientemente de su ideología, ¿sabían que esta mujer creó una biblioteca en Lavio, que ella misma gestionó? ¿Sabían que impartía clases a adultos de forma totalmente altruista? ¿Sabían que celebraba unas "fiestas del Árbol" en dicho pueblo para "contribuir a la riqueza forestal de la región", como ella misma dijo? ¿Sabían que fue acusada a iniciativa caciquil de juntar a niños y niñas en las escuelas?
En cuanto leí la noticia del cambio de nombre, pensé por un momento que el nuevo estaría relacionado con esta fantástica maestra, tal y como me la describió una de sus exalumnas en una conversación telefónica durante el confinamiento de esta primavera. Y contemplo, decepcionado, que el colegio llevará el nombre de La Toba. Leo un poco más abajo en la noticia, indignado, que la otra alternativa "estaba relacionada con el nombre de una mujer". Desconozco si era con el de Palacio, que es nombrada posteriormente en la noticia con tan solo un párrafo, cuando sobre la vida de esta docente pudimos redactar en nuestro proyecto un trabajo entero. Leo en otra noticia que el nombre de La Toba fue a propuesta de la AMPA del centro (¿por qué?), para la que, según ellos mismos, hallar la nueva denominación resultó -lo digo textualmente- "superfácil". No hace falta que lo aseguren, se ve que no han empleado mucho esfuerzo en buscar información sobre un personaje ilustre: bien podría tratarse, incluso, de otra mujer relacionada con nuestra villa o con Asturias, como Maruja Mallo (que vivió en Avilés unos años) o Margarita Salas. Me parece vergonzoso que esto se haya convertido en una oportunidad perdida, y desearía que esta calamitosa decisión fuera reversible. ¿Por qué no se celebra siquiera una consulta popular? ¿Por qué tiene que decidirlo tan solo una asociación?
Si quieren consultar la biografía de la maestra, que reconstruimos con gran dedicación el curso pasado, pueden hacerlo en el blog "Proyecto Isabel Palacio" (www.proyectoisabelpalacio.blogspot.com).
"Si existe algún tribunal encargado de exigir responsabilidades [...], si la ley lo permite, así como en el Boletín de ese Ministerio se falseó la verdad, [que] se vuelva por mi buen crédito profesional, que es lo que más molesta, el descrédito que han hecho". Isabel Palacio, 20 de abril de 1936.
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