Las jarchas, don Claudio y el bable
Erotismo de las jarchas: la lengua del Cid Campeador.
Es la poesía arábiga del siglo XII una profunda carga de erotismo. En mi juventud leí yo a don Claudio Sánchez Albornoz, profesor de la Universidad de Oviedo, que conocía a la perfección la historia patria. Hoy sus libros están descatalogados.
Produce ternura y embeleso y es una cura contra la islamofobia. Hay en las jarchas reductos idiomáticos del bable.
Representa el alma mora de España. Luego vendrían los romances fronterizos, un trajín de muchos siglos de dares y tomares paces y guerras, armisticios y razzias. Ocho siglos dejan huella y han quedado estampadas en el dietario de las palabras. Me entusiasma el Islam y amo a esas tres morillas que me enamoran en Jaén y a esos valientes soldados de regulares que cruzaron el Estrecho invocando a Alá.
Algo que sólo pudo hacer un predestinado como Francisco Franco, un hombre al que las balas enemigas no derribaban y decían sus soldados de la jarca que poseía baraca.
El Rif, las montañas altas y el desierto moldean el carácter de las gentes. Si yo fuera ministro de Educación, haría preceptivo el estudio del árabe en las aulas:
Nan yo un hil-lello
Il-la-ç-çarameñllo
No quiero yo un amiguito
Sino el morenito
Expresan el dolor de la ausencia y el placer del arrobamiento coital.
Meu çidi Ibrahim
Ya neume dolche
Vent a mib
De noite
In non, si non queres
Irem’a tib.
Garreme a ob
Ligarte
Mi dueño Ibrahim, oh nombre dulce, vente a mí de noche si no quieres, iré yo a ti dime adonde podré abrazarte.
Es poesía entrañable que refiere cómo había fiestas, las sanjuaneras, celebradas por cristianos y musulmanes.
Albo dia este dia
Dia del -hansadra, haqqá
Vestirey mieo al.mudabbajab
Wa-nasuqqu-r rumbha xaqqá
Albo día de san Juan verdad vestiré brocado y tú y yo quebraremos lanzas.
Llamabanse cantos de amigo también por algunos autores.
Desde que mi cidiello viene que gran noticia como un rayo de sol sale en Guadalaxara
Garrid vos aya yermaniellas
¿cómo contener a mío male
sin el habib non vivireyo
advolare demandare
decidme vosotras hermanillas
cómo contener el mío male?
Sin el amigo non viviré
Volaré a buscarle
Esta otra jarcha refleja el amor de una cristiana mozárabe porque habla de la pascua de Resurrección
Vened la pasqua
E aun sin elle
Como cande mi corachón por elle
Viene la pasqua y mi corazón arde por él
Qué far mama
Mio alhabib
Est ad-yana
Que haré yo madre mi amor está a la puerta
Qué haré
Cómo viviré
Al amado espero
Por él morriré
La delicadeza, la ternura se combinan con la brutalidad de la entrega. Así es la vida. El erotismo, nos dicen estos versos, forman parte irremediable de la naturaleza.
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