Siempre nos traen regalos
El "Homo sapiens" no solo dio nombres a la realidad material, sino que fue capaz de imaginar palabras y crear la realidad inmaterial. Luego transmitió su significado a su descendencia, y una palabra trajo otra. Con las palabras imaginadas llega la sabiduría y el comienzo de todo.
Durante toda mi vida me ha maravillado la realidad newtoniana y he intentado conjeturar cómo Newton pudo imaginar el cálculo infinitesimal y sus principios de la mecánica. Tras arduos estudios pude profundizar en la comprensión de las palabras y formulaciones de su mecánica. Luego, más tarde, me transmitieron las palabras de Einstein, pero fui incapaz de seguir la formulación de su teoría de la relatividad especial. Max Planck y Louise de Broglie imaginaron la mecánica cuántica. Esto llevó a Schrödinger a imaginar la función de onda y a Heisenberg su principio de incertidumbre. Entonces la humanidad imaginó el transistor y ahora el ordenador cuántico.
La psique (esa alma inquieta) me sumergió en el mundo de las palabras imaginadas por Carl Jung, y en las impregnadas de sentido de Conrad Lorenz sobre la arrogancia del animal humano. Pero el culmen de toda conciencia imaginada llegó con las teorías cuánticas del cerebro de Hameroff y Penrose. Sin embargo, las más fantásticas palabras siguen surgiendo de la belleza de las visiones imaginadas por cosmólogos y astrónomos que, como Reyes Magos, nos las regalan.
Dicen que Robert Jastrow, en su libro "Dios y los astrónomos", refiere la pesadilla de un cosmólogo: "Ha escalado las montañas de la ignorancia; está por conquistar el pico más alto. Mientras se arrastra por la última roca es saludado por una pandilla de teólogos que han estado sentados allí durante siglos". Porque, sin embargo, es cierto: el universo tuvo principio, vive, y morirá. San Juan (1, 1-5. 9-14) nos dijo el 3 de enero: "En el principio ya existía el Verbo (...). Todo existió por medio de él, y sin él nada existió de cuanto existe". Me imagino universos cíclicos que, no siendo cerrados, cumplirían con la segunda ley de la termodinámica: ¿qué constituiría esa energía perdida y adónde iría? ¿Qué tiraría desde fuera en la etapa inflacionaria del Big Bang? ¿Cuántos universos cuánticos oscilan dentro de este?
George Smoot en sus "Arrugas en el tiempo" termina diciendo: "El concepto religioso de la creación surge del asombro del universo y del lugar que ocupamos en él. El concepto científico trasluce un asombro similar: estamos impresionados por la simplicidad última y el poder creativo de la naturaleza física, y por su belleza en todas las escalas".
¡Benditos Reyes Magos! Siempre nos traen regalos.
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