Pandemia desbordada, sin control ni dirección
Ante una pandemia de tal envergadura, nuestros gobiernos, en especial el Gobierno central, debieran estar en permanente crisis, esforzándose hasta la extenuación como hacen los sanitarios, que deben redoblar esfuerzos por la ineptitud de nuestros dirigentes. Incapaces de ir marcando el paso, de avanzar en la protección ante este enemigo invisible.
Sabemos que el virus se alimenta de inconscientes, sabemos que no te puedes relajar con él. Pues nuestros dirigentes, en vez de exigir el cumplimiento de las normas de seguridad (están en juego muchas vidas), se dedican a recomendar y apelar a la responsabilidad de todos.
Para que se den una idea, sería igual que eliminar todas las señales de tráfico, radares, policías y multas en nuestras carreteras y apelar al sentido común de todos con recomendaciones. ¿Verdad que sería un caos, accidentes y muertes sin parar? Pues eso están haciendo con el covid, dejar que la gente vaya matándose los unos a los otros, en vez de poner normas y fuertes sanciones para que todos sepan responder a las exigencias y no dejar al libre albedrío algo que convierte una mala gestión en muerte y dolor.
Pónganse las pilas, señores políticos, o responderán ante la justicia por dejadez el día de mañana.
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