Llamada del Rey a la ética

En la acostumbrada llamada que el Rey nos hace cada año el día de Nochebuena, en esta ocasión ha hecho un examen de la situación del lamentable año pasado, por el sufrimiento que ha tenido la sociedad por causa de la pandemia del covid-19. Reflexión en la que ha reconocido que ha estado marcado por la existencia del gran problema que ha sido el coronavirus, y nos ha animado a superar la pandemia en el año que empezamos, porque hay que vencer esa situación y renovar la vida ciudadana, y con ella la actividad industrial, con normalidad.

Con sus palabras ha tratado de levantar el ánimo de los ciudadanos, pero no se ha contentado con eso, al mismo tiempo ha advertido de otro mal, el de la situación actual, que es muy importante, porque vivimos, por culpa de este Gobierno, en un contexto de mentira y ocultamiento, amén de la deriva que ha tomado con inhumanas leyes como la de la enseñanza y la de la eutanasia. La juventud merece tener una formación más adecuada, y los ancianos, un tratamiento con respeto.

El futuro de España se presenta muy negro, de aquí procede la llamada que ha hecho a la ética, sobre todo a los dirigentes de este Gobierno, que amenazan con la destrucción de la nación española. Es conveniente profundizar en su mensaje, que los periodistas han pasado por alto o atribuido a su padre, pero no es así, sin duda es el contenido más importante de la exhortación dirigida a los políticos:

“Y junto a nuestros principios democráticos y el cumplimiento de las leyes necesitamos también preservar los valores éticos que están en las raíces de nuestra sociedad.

”Ya en 2004, en mi proclamación ante las Cortes Generales, me referí a los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman de nuestras conductas. Unos principios que nos obligan a todos sin excepciones; y que están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares.

”Así lo he entendido siempre, en coherencia con mis convicciones, con la forma de entender mis responsabilidades como jefe de Estado y con espíritu renovador que inspira mi reinado desde el primer día”.

La prensa lo ha entendido como si fuera una disculpa por sus problemas familiares, pero no es así: la verdad es que se trata de una advertencia al Gobierno, que ha colocado a innumerables familiares y allegados y que no sabe lo que es la ética, pues su actuación es una manifestación de fuerza y poder al margen de toda moralidad.

No vamos a citar todos los casos de falta de ética con los que actúan nuestros políticos, pues no se podrían enumerar todos; además la prensa, bien pagada, disimula toda esa actuación amoral, y hace que pase inadvertida a la población, que debería estar mejor informada, para tomar sus decisiones en orden a la gobernación de la nación.

Si observamos la vida política de este Gobierno advertimos que no tiene interés por el bien del pueblo, sino que, más bien, se ve cómo preponderan los intereses de los políticos, por tanto, nos encontramos, como dice Aranguren, ante “el problema –el problema real– de la democracia que es un problema moral”. Lo que nos ocurre en España es una cuestión de la responsabilidad que resulta de la ética. Por una parte, hay un Gobierno irresponsable y, por otra, de la misma sociedad que no sabe castigar adecuadamente a unos políticos inmorales.

Responsabilidad es un concepto desconocido por nuestros políticos, que mienten continuamente y actúan con la mayor opacidad, por ejemplo, en una cosa tan sencilla como decir cuál es el equipo de técnicos que asesora al Gobierno en el tratamiento de la pandemia, afirman que es un secreto de Estado, y resulta, luego, que en realidad no tenían tal consejo técnico. Por ello, en lugar de un tratamiento adecuado, lo que se ha hecho es probar métodos de sumisión de la población, al objeto de experimentar hasta dónde podía llegar el sometimiento de los ciudadanos para lograr las reformas que quieren de la Constitución.

¡Tenemos un Gobierno como para fiarse! Con un presidente que, desde sus estudios, está mintiendo con su tesis y ocultando las oscuras maniobras que ha hecho para llegar al poder. Por sus embrolladas maquinaciones fue rechazado por los líderes de su partido y tuvo que cesar como secretario general. Entonces fue en busca de las ocultas fuerzas que dirige la plutocracia dominadora, como el grupo de Soros, y no se sabe el pacto que realizó, pero desde ese momento fue ascendiendo y dirigiendo una política de destrucción de la nación. Por turbias maniobras y pactos inaceptables llegó al poder, y por más oscuros acuerdos llegó a formar Gobierno, y ya no digamos por qué peligrosos pactos ha aprobado la ley del Presupuesto nacional para el próximo año y sancionado las leyes de la educación y de la eutanasia.

Y para colmo de su amoralidad ha asociado a su Gobierno a quienes expresamente afirman que tienen por objetivo destruir la nación española, empezando por la Monarquía, que en estos momentos es el único bastión que sostiene el actual sistema democrático del que disponemos. A la cabeza de esta acción destructora tiene un vicepresidente, Iglesias, que no tiene ningún escrúpulo en llevar a los tribunales y acusar falsamente de violador a una persona que al conocer su cariz no quiso continuar con él, como ha demostrado la sentencia; quien quiere meter en la cárcel a un ciudadano que se mostró ante su casoplón con una bandera, porque le quitaba el sueño; quien llevó a los tribunales el caso de Dina Bousselham, engañando con una tarjeta de teléfono móvil, y mintiendo en sede judicial, siendo un invento para sacar provecho electoral; quien desde el Gobierno quiere destruir el Estado por lo que ataca constantemente a la Monarquía, y, ante el temor de que los jueces le comprometan con alguna otra sentencia de tantas actuaciones inmorales, está tramando el condicionar el nombramiento de los magistrados, para poner los suyos y dominar los tribunales. Es el mismo que ha programado y llevado a cabo la ruina de Venezuela, Bolivia y algunos otros países sudamericanos. Quien está adherido al foro de São Paulo, y al grupo de Puebla, con claros objetivos subversivos. Y cuya financiación del partido está cuestionada ante los tribunales, a pesar de las maniobras que está realizando para desacreditar jueces, y amenazando con escraches, que los puede hacer, con las bandas que tiene actuando.

La alusión del Rey a la ética viene motivada porque ha advertido cómo la población está anhelando una España limpia y próspera, ya que “España es un país extraordinario, de una enorme riqueza y diversidad cultural, construido a lo largo de siglos gracias al esfuerzo en muchas generaciones de españoles, y con una gran historia que ha sido, durante alguna época, la historia misma del nuestro mundo”. Con lo que este Gobierno trata de acabar.