«¿De qué se quejan?»
Recordatorio: Fervor que no cesa.
Como este escribidor es tan charlatán, no recordamos si ya os contamos que cuentan que una princesa llegó al matrimonio ayuna de cualquier experiencia amorosa/sexual. Lo cierto y verdad es que en su noche de bodas quedó más complacida, entusiasmada. Y dicen que ya fuera al alba (siempre propicio a conclusiones), o durante alguna tregua de la noche, la princesa preguntó a su pareja:
–Y esto, ¿también lo hacen entre la gente en general?
–Pues, claro, boba.
–Entonces, príncipe mío, ¿de qué se quejan?
En fin, que hemos leído cuando éramos jovenzuelos (y ahora mismo, queridos lectores, uno no recuerda dónde) que no sólo de pan (sin crisis o con crisis económica) viven las mujeres y los hombres. ¿Verdad que no?
Despedida y cierre. «Y esto, príncipe mío, ¿también lo hace la gente en general?». «Pues, claro, boba».
Érase una vez. Bueno, una vez no: siempre, siempre, siempre, incluso en la tercera imaginaria. Vamos, como en la mili.
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