Lo que tenía que pasar, pasó, ¿dónde está mi segunda dosis?
Decía la semana pasada que cuando más necesitábamos que todo se desarrollara de la manera más estable posible, se abría el melón, a nosotros nos tocaba el mini- y a los catalanes el -stro.
Escuchando las últimas declaraciones de la singobernanza respecto a la pandemia, del ministro y las comunidades, recuerdo frases en el fútbol: “–Tú eres malo, ¡muy malo!” (Louis Van Gaal), y “corren ... como pollos sin cabeza” (J. B. Toshack).
Reitero que no reservar, en el momento, la mitad de las dosis del mismo lote para la segunda dosis es un juego peligroso si no criminal.
No hay orden ni concierto, y lo tenía que pasar, pasó. La ley de Murphy puede ser simplemente la Ley S.I.S. (Sánchez, Illa, Simón). Por favor SOS.
Me temía que no existiera un buen programa de vacunación y, efectivamente, no habiendo previsto sustitutos para los “negacionistas”, puede que en algún momento se vacune indiscriminadamente a amiguetes, casualmente los más son políticos.
Si había duda de que las comunidades cumplieran con la deontología profesional, respecto a la ejecución indicada por el laboratorio, vino a arreglarlo el Ministerio premiando la infracción.
Se ponen dosis como si se tocara “a rebato” para combatir el virus. Esa carrera por ser el más presto da lugar a la imprevisión de reserva de la segunda dosis, y lo que tenía que pasar, pasó. El laboratorio avisa que deberá reducir a la mitad el envío de dosis. El Ministerio dice que solo una semana, pero parece que será un mes.
La solución, cómo no, premiar al infractor dándole más dosis de las que estaban establecidas. Por lo tanto, ahora ya todos saben cómo correr. Infringe y vencerás, ¿les suena?
La chapuza es espectacular y nos pone, como siempre, a la cabeza de los despropósitos en la CE. ¿Tendrán también que rescatarnos de esto?
Me temo que este “totum revolutum” beneficiará a la pléyade de responsables respecto a posibles denuncias. Ya se sabe, ¿acusaciones “difusas y genéricas”?
En otro momento demostré que este “correr como pollos sin cabeza” solo anticipaba, poco tiempo, la segunda dosis de cada grupo de vacunación sin asegurarla y perdiendo derechos de reclamación en caso de fallo.
Volviendo a que lo que tenía que pasar, pasó, se inducirá un retraso mayor que el más pesimista en conseguir la “inmunidad de rebaño”. A este paso no me extrañaría nada que al rebaño lo acabara dirigiendo una “oveja mohína”.
Pero de retraso nada, porque desde el Ministerio dicen que “se están ultimando los convenios” para “suministrar” (¿regalar?) vacunas a Andorra, en un “ejercicio de solidaridad” (consejos doy que para mí no tengo). Quijotes.
A pesar de los reiterados fracasos (no hay peor ciego que el que no quiere ver o es un mentiroso compulsivo), el Gobierno insiste que tenemos experiencia en “doblegar lo curva”, pese a que realmente la curva “pone” al virus haciéndola subir (todo lo que baja sube, al contrario de lo que se suele decir).
Si todo esto pasa con el primer tipo de vacuna, pongámonos a temblar cuando estén simultaneando diferentes laboratorios.
Pero tranquilos, porque el Servicio de Salud, ante todo teórico, dice que se están siguiendo las pautas más ortodoxas – primera dosis, segunda dosis 21 días más tarde y consecución de la protección frente al coronavirus 7 días después del segundo pinchazo.
Espero que la segunda dosis no tenga que ser con placebo, apelando al poder curativo de la mente.
Sin duda, los políticos que están al mando nos deben dar una explicación clara y comprensible, pues es nuestra vida, y no se olviden de que sin nosotros ellos no son nada.
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