Mejor pasamos página
Con los meses que llevamos padeciendo esta pandemia –que sí nos va a cambiar la vida pero no por convencimiento sino por obligación– porque ya no sabemos a qué atenernos con nuevos contagios, las cepas, los toques de queda, la curva, las jeringuillas, etcétera. Surgen muchas preguntas que alguien debería empezar a responder más pronto que tarde:
- ¿Cómo se puede consentir que, en un país en plena crisis existencial, siga jugando al sí pero no un partido que tanto presume de la Constitución y la monarquía?
- ¿Si las autonomías fueron creadas para que cada reyezuelo de turno saque sus propias conclusiones y normas –donde dije economía primero ahora digo salud– no es motivo suficiente para revisar la estructura política del Estado?
- ¿Acaso capítulos como la enseñanza y sanidad pública o la dependencia no deberían estar centralizados como ocurre con la seguridad nacional, visto el desaguisado de su gestión?
- ¿Dónde está escrito que una ley dictada a nivel nacional se pueda incumplir mediante otra norma de carácter autonómico, sin que existan responsabilidades y dimisiones?
- ¿Por qué no se es más contundente con aquellos que vienen incumpliendo las restricciones –con saraos nocturnos o fiestas privadas– para que no se rían de una mayoría que se comporta adecuadamente?
- ¿Cuánto tiempo más podremos aguantar sin normalizar la atención primaria y las especialidades para evitar otras muertes no contempladas en las estadísticas diarias?
- ¿Por qué no se dan las cifras –millonarias– que están recibiendo muchos colectivos empresariales, para que no sigan haciendo demagogia con el “abandono” que sufren, cuando además son reacios a pagar impuestos?
- ¿Cuándo entenderán las cadenas de TV que no se puede estar toda la programación hablando del covid-19 con un lenguaje apocalíptico, poniendo en peligro la salud mental de los espectadores, en particular los más vulnerables?
- ¿Por qué el Gobierno no se deja de paños calientes y plantea un confinamiento rotundo para acabar con este sinvivir que no salva la economía y mata a miles, sin tener en cuenta los bandazos que pega el PP?
Habría muchas más cuestiones a plantear, pero con la que está cayendo mejor pasamos página o cambiamos de canal para no seguir deprimidos. Nos hace falta volver a los aplausos (para los sanitarios no, lo que necesitan son medios) pero para nosotros mismos por el aguante que tenemos.
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