Mala idea
La mala idea, creo iniciada por el PP, de nombrar para ministerios eminentemente técnicos a ministros que desconocen toda materia relacionada con el Ministerio que presiden juega malas pasadas al Ministro, al Gobierno y, por tanto, a la sociedad a la que sirven.
Doña Margarita, que es de lo más potable (tercera acepción de la RAE) que hay en este Gobierno, por esa razón, cometió dos errores. El primero, cuando destituyó al JEMAD, teniente general Alejandre, y la segunda, aceptando la renuncia del JEMAD, teniente general Villarroya.
El teniente general Alejandre, mi vecino, fue destituido porque su jefe militar, el capitán general Felipe de Borbón, le solicitó un informe y, conforme a ordenanza, se lo entregó. A doña Margarita, que no entiende que en milicia las órdenes se cumplen y no se discuten, no le gustó y lo destituyó en momento inoportuno, pues su conocimiento de la OTAN era muy necesario al principio de la pandemia. Al teniente general Villarroya, que explicó su dimisión, no se la habría aceptado si conociera las ordenanzas.
El dicho popular “zapatero a sus zapatos” se adapta a este caso como anillo al dedo.
Nombrar a una señora en avanzado estado de embarazo para ministra de Defensa cuando nuestras tropas estaban inmersas en países en guerra y la visita del responsable de Defensa era pertinente no fue un error, fue una estupidez.
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