Asturias y Detroit
Desde hace más de treinta años resido en Asturias. He podido sufrir el descenso demográfico y económico de Asturias. No ha sido súbito, pero sí inexorable.
Con asiduidad, por trabajo y ganas de observar, me muevo por las ciudades y polígonos asturianos. Siempre me vienen a la cabeza esas imágenes de Detroit, ciudad quebrada y abandonada a su suerte durante décadas. Solo son imágenes, porque no cometeré el error de proponer ninguna analogía: Asturias tiene un pasado menos convulso gracias a su fuerza sindical, y a su vez, un futuro mucho más prometedor.
Cualquier asturiano conoce las causas de esta situación y hay quórum sin necesidad de perder un minuto en valorar ideologías.
Industria con gran dependencia del Estado en continua crisis, cierre del carbón y fondos mineros desaprovechados, infraestructuras raquíticas, abandono progresivo de la agricultura, envejecimiento, falta de proyectos regionales atractivos, enfrentamientos políticos estériles...
A esto debemos sumar que las mejores generaciones de jóvenes asturianos con formación y talento se han marchado. Leo que son más de 40.000 jóvenes.
Hay que reconocer los esfuerzos de la Administración regional por potenciar la transformación y economía digital, I+D, los parques tecnológicos y el empeño por canalizar los fondos europeos venideros, cuyo propósito resulta atractivo para cualquiera, pero mayor para las generaciones que deben construir su futuro. “Destinadas a impulsar la transición verde y digital e incrementar la productividad del tejido productivo” sic.
Pero todo esto no es suficiente si estos jóvenes no se arman de razones para volver, con muchas ganas de hacer volar su imaginación y pensar en emprender. Necesitamos jóvenes valientes.
Asturias es uno de esos pocos lugares en el mundo donde la belleza de sus paisajes está al mismo nivel que la bonhomía de su paisanaje.
Por muy manida que resulte la frase, no veo mejor manera para hacer reflexionar a los jóvenes que las palabras pronunciadas por Kennedy: “No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país”.
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