La buena educación
Se trata de un proceso que comienza durante la gestación del bebé. Hay hogares con un ambiente ruidoso y violento, hay hogares sin el padre o sin la madre, más el amigo o sin amigos, hay gestantes que fuman, toman alcohol o drogas, y hay quienes atentan contra la vida del nuevo ser humano, antes o después de haber nacido.
También hay padres con buena voluntad, pero claro, trabaja él, trabaja ella, los abuelos van y vienen, no hay tiempo ni de calidad ni del otro, ya los criarán en la guardería o en el colegio. Criados así, están abocados al peligro en la selva de la evolución del más fuerte, de modo que, en esa lucha, pronto deciden por sí mismos y no aceptan un no; más adelante se repetirá la historia. Los padres acuciados por los temas más importantes según el código tradicionalmente abúlico en España, se dejan rebasar permitiendo el libre albedrío del retoño, que así entrará a formar parte de una sociedad cada vez más centrada en sus intereses particulares.
La buena educación... ¿es posible en esas condiciones?, no, la buena educación, la del buen ser humano, la del ciudadano concienciado por la verdad, la justicia y el bien común, aunque es para muchos una educación de perdedores, pasada de moda y abocada al fracaso, es la meta hacia un futuro. Como uno de esos padres bendecidos por los buenos resultados, puedo recomendar una educación basada en principios.
Los jóvenes seres humanos tienen necesidad de amor y seguridad, de experiencias sanas, ejemplos excelentes y compañía o asociación correcta. Deben aprender a ser obedientes y respetar la autoridad, se les debe enseñar acerca de la moralidad y el matrimonio, y llegado el caso, buscar pareja entre la clase de ser humano con el que merece la pena formar equipo, para lograr juntos metas como esta: “El resultado de la humildad y del temor de Dios es riquezas, gloria y vida” (Pro 22:4).
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

