Tu calle ya no es tu calle
“Tu calle ya no es tu calle, es una calle cualquiera camino de cualquier parte”. No pocos urbanos se reconocerán en estos versos de Manuel Machado ante la recidiva municipal en la manía de alterar el callejero. Tal parece ser el caso del vecino de Gijón que hace unos días (LNE del 25) se lamentaba en esta sección: “Yo vivo en la avenida de Juan Carlos I. Ahora me dicen que nos van a cambiar el nombre de la calle”.
Que la avenida de Juan Carlos I perderá su nombre, que presuntamente ha dejado de ser honesto, es cosa hecha. Lo que, al parecer, está por decidir es el nombre de sustitución. El verano pasado sonaba el de Fernando Simón; ahora el Consistorio se inclinaría más bien por términos abstractos, escogidos en el elenco de los valores republicanos: Libertad, Igualdad, Fraternidad o, directamente, avenida de la República.
El problema está en que, si se quiere que el callejero exprese un programa político y sea un compendio de pedagogía cívica, no se puede quedar en retoques de detalle, requiere un replanteamiento de conjunto. En el caso que nos ocupa, por encima de la avenida de Juan Carlos pasa la del Príncipe de Asturias. Que la avenida del Príncipe de Asturias pase por encima de la de su padre, el rey, es casi ley de vida. Pero convendrán en que no resulta demasiado congruente que la avenida de la República pase bajo la del Príncipe de Asturias. Que la avenida del Príncipe de Asturias pase por encima de la de la República, ¿no sería casi un oxímoron? Cuando se pone un remiendo de paño nuevo en un tejido viejo, el roto termina siendo mayor. Lo dice el Evangelio.
La cosa tiene fácil remedio si a la avenida del Príncipe de Asturias (que ahora no tenemos) se le diera un nombre extraído a su vez de la constelación republicana. Por ejemplo, avenida del Presidente Puigdemont (que lo fue, aunque por poco tiempo, de la república catalana, y al que el vicepresidente del Gobierno acaba de rendir honores de exiliado antifranquista). La avenida de Pablo Iglesias, en cambio, está bien como está. Aunque contribuiría a clarificar la situación si se le añade Turrión.
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