Mira que es vengativo el demonio
Quizá sean diferentes formas de manifestarse el destino, con diferentes portavoces, pero hay una reincidencia de hechos en la izquierda española que muy bien podrían animar a creer en la predestinación.
Ya la visionaria secretaria de organización del PSOE Leire Pajín, con notable dominio de la astrología, aseguraba en su momento que el que José Luis Rodríguez Zapatero ostentara la presidencia de la UE y Barack Obama la de EE UU sería un acontecimiento histórico (predeterminado) para el planeta.
Algo primero, los Picapiedra nos reiteraban la predestinación de Pedros y Pablos. He dicho “reiteraban” porque la conjunción de personajes así agraciados podemos encontrarla ya en La Biblia, por ejemplo.
De manera que no es de extrañar, un estudio astrológico de la ínclita sin duda lo reafirmaría, la conjunción, una vez más, plasmada en el funesto tándem que nos gobierna.
Pero, puestos a admitir esotéricas revelaciones, ¿qué fuente más refutada que La Biblia? ¿Y qué nos dice La Biblia de estos dos personajes?
De Pedro.- A Pedro se le acercó una sierva y le dijo: Tú estabas con Jesús.
Él lo negó. Le vio otra sierva y dijo a los circunstantes: Este estaba con Jesús el Nazareno. Y de nuevo negó con juramento: No conozco a ese hombre. Poco después se llegaron a él los que allí estaban y le dijeron: Cierto que tú eres de los suyos, pues tú mismo al hablar te descubres. Entonces comenzó él a maldecir y a jurar: ¡Yo no conozco a ese hombre!
De Pablo.- Pablo, un joven judío conocido como Saúl, se dedicaba a perseguir a los cristianos. El joven estaba preocupado ante la expansión que estaba teniendo a su alrededor el cristianismo. Por ello, decidió salir a combatirlo con un único propósito: destruir el cristianismo. Se le apareció entonces Jesús para decirle que sería mejor unir fuerzas y, Pablo, tras breve pero brillante análisis de la situación, decidió que sí, que, al menos de momento, era mejor pegarse a Jesús.
Leído lo leído, en la misma línea de pensamiento, me inclino a creer que, el demonio, viendo los antecedentes del personal, se dijo, ¡estos son los míos! Solo tengo que volverlos a sus raíces y listos para ponerlos a gobernar esta recalcitrante España que tanto dolor de cabeza me ha causado, ¡la voy a joder bien jodida!
Y en esa estamos.
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