Un pacto por la vida
La semana anterior ha sido pródiga en actividades que tienen que ver con el exterminio social en curso en la patria de Gabriel García Márquez.
Dos consecutivas hubo en el Parlamento europeo, otra más se propició desde el Llavaderu de Siero, otra del exilio, desde Cataluña, pero con participantes de casi todos los continentes.
Y la preocupación es común: cómo detener las masacres de personas y organizaciones en un país que entra en su quinto año desde que firmó un Acuerdo de Paz arropado por la ONU y por la Unión Europea.
Ayer mismo, los paramilitares asesinaban a un líder social, lo decapitaban y lo exhibían en la plaza de Yarumal.
Y la cuenta del horror no se detiene, todo lo contrario de lo que animan a hacer desde el consejo de seguridad de la ONU, hasta las máximas autoridades de Europa, lo que haría dudar si son declaraciones retóricas o si tienen de verdad instrumentos eficientes (algunos relacionados también con el aporte económico realizado al propio Acuerdo de Paz, o con Acuerdos comerciales con Colombia), para hacer cumplir lo pactado y los crímenes se detengan.
El 27 enero, en la sesión sobre derechos humanos y paz, con enfoque en la justicia transicional, en la subcomisión del Parlamento europeo, se pudieron escuchar variados testimonios, desde el de la doctora Luz Marina Monzón, responsable de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, hasta el de Eduardo Cifuentes, que preside la JEP, jurisdicción especial para la paz, el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, o el de Sebastián Escobar Uribe, del prestigioso Colectivo de abogados José Alvear Restrepo, además del representante del gobierno colombiano.
Europarlamentarias/os volvieron a escuchar los pros y los contras de si se cumplen o si se vulneran los Acuerdos de Paz. Pero nadie negó las masacres.
El 28 de enero, otra vez el PE propicia un espacio “Crisis Humanitaria, Derechos Humanos y Paz en Colombia”, coorganizado desde Oidhaco y la oficina del eurodiputado leonés del PSOE Ibán García del Blanco.
Se vuelven a escuchar datos actualizados, aportados por Diana Sánchez, de la Coordinación Colombia-Europa-EE UU, y por el abogado Alirio Uribe, de la Plataforma DHESC, en tanto que eurodiputadas/os de diversos partidos “se preocupan” por el papel importante de la UE en el proceso de paz en Colombia, así como los compromisos adquiriros para que se lleve a término, se haga cumplir, en lo político y en lo económico y técnico.
Pero todas las intervenciones abundan en los altos grados de violencia, persecución a líderes sociales, e incumplimiento del Acuerdo, y hay unanimidad en que debe mantenerse el apoyo internacional al acuerdo de paz, que debe desarrollarse en todos sus contenidos.
También el 28, pero desde Siero, personas de organizaciones colombianas y varias víctimas de la violencia en el exilio, daban testimonio e instaban a un perentorio Pacto por la Vida:
Un llamamiento urgente para garantizar la vida de líderes sociales y las defensoras del medio ambiente e investigar sus casos.
Y que entre los componentes de dicho pacto se puedan tener en cuenta los aportes del exilio colombiano, así como las contribuciones de colectivos, organizaciones e instituciones, de Siero, de Asturias, de todo el Estado Español y de todo Europa.
Reforzando iniciativas existentes y reinventando otras nuevas en aras de detener el exterminio social en Colombia, como pueden ser:
- La participación y difusión del Tribunal Permanente de los Pueblos, presentado esta semana y que sesionará en Colombia en marzo.
- La exigencia de apoyo concreto y no retórico a los instrumentos pactados para el Acuerdo de Paz, como la llamada JEP, justicia especial para la paz, la Unidad de búsqueda de personas dadas por desaparecidas, la Comisión de la Verdad, cuyos trabajos concluyen este año por el plazo establecido, y todas las que se relacionen con lo que el Estado colombiano ha pactado y tiene la obligación de cumplir.
- El apoyo a la delegación propuesta en el Parlamento europeo para hacer una auditoria del proceso de paz en su quinto año desde la firma, en los aspectos políticos, jurídicos, económicos en los que la UE ha estado aportando.
- La conformación y apoyo a la 17.ª delegación asturiana al terreno para seguir verificando DD HH.
- La difusión de la campaña Te Escribo Colombia inaugurada en diciembre por el movimiento campesino internacional.
- El apoyo y refuerzo a las instancias españolas como el Intergrupo para la Paz en Colombia del Congreso-Senado, o la propuesta de creación de una Interparlamentaria entre cortes y parlamentos autonómicos, en aras de reforzar la consecución de la paz y el respeto de los DD HH.
- Establecer control y prohibición de toda venta de armas o material antidisturbios a Colombia en tanto no sean respetados los derechos esenciales, y cuestionar o suspender los Acuerdos comerciales de la UE para que no contribuyan al aumento de las injusticias.
- Exigir al gobierno español la revisión de los procedimientos de asilo y refugio, que como ha señalado la CEAR no están cumpliendo con la obligación de amparar a tantos líderes sociales perseguidos a muerte en Colombia.
- Contribuir a fortalecer coordinaciones entre el movimiento solidario en nuestro país, y mantener la observación y acompañamiento en aras de la preservación de la vida entre lideresas y líderes sociales y firmantes de paz en Colombia.
Al día siguiente, sábado, un conversatorio virtual ponía en común a gente del exilio colombiano desde territorios de Holanda, Canadá, Euskal Herria, Cataluña, EE UU, Valencia, Argentina, Alemania, Bruselas, Noruega, Gran Bretaña, Irlanda, Ecuador, Australia, Venezuela, Chile, Asturias.
Con el título de “Construyamos la Paz, campaña desde la migración y el exilio colombiano” tratan de buscar acciones comunes para apoyar y preservar el Acuerdo de Paz, e incrementar la participación del exilio, estimado entre 8 y 10 millones de personas, en el devenir de Colombia, en aras a tiempos mejores que permitan el regreso de muchas de ellas.
El evento se cerraba con reflexión cultural preparado por Ramiro Sandoval, desde Nueva York, consejero de paz para las Américas, con propuesta de Desactivar el imaginario de la guerra, narco-paraco-patriarcal, y que concluyó recitando el poema de Carlos Castro Saavedra, Camino de la Patria, escrito 60 años atrás.
Cuando se pueda andar por las aldeas / y los pueblos sin ángel de la guarda. / Cuando sean más claros los caminos / y brillen más las vidas que las armas. / Cuando los tejedores de sudarios / oigan llorar a Dios entre sus almas. / Cuando en el trigo nazcan amapolas / y nadie diga que la tierra sangra. / Cuando la sombra que hacen las banderas / sea una sombra honesta y no una charca. / Cuando la libertad entre a las casas / con el pan diario, con su hermosa carta. / Cuando la espada que usa la justicia / aunque desnuda se conserve casta. / Cuando reyes y siervos junto al fuego, / fuego sean de amor y de esperanza. / Cuando el vino excesivo se derrame / y entre las copas viudas se reparta. / Cuando el pueblo se encuentre y con sus manos / teja él mismo sus sueños y su manta. / Cuando de noche grupos de fusiles
no despierten al hijo con su habla. / Cuando al mirar la madre no se sienta / dolor en la mirada y en el alma. / Cuando en lugar de sangre por el campo / corran caballos, flores sobre el agua. / Cuando la paz recobre su paloma / y acudan los vecinos a mirarla. / Cuando el amor sacuda las cadenas / y le nazcan dos alas en la espalda. / Solo en aquella hora / podrá el hombre decir que tiene patria.
Que pare la máquina de la muerte ya.
Que la vida y la paz logren triunfar en Colombia, y que para ello logremos alianzas y #unPactoporlaVida, es el reto y desafío que nos incumbe a todas las personas.
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