La Nueva España » Cartas de los lectores » Sufrir la soledad en el final de la vida

Sufrir la soledad en el final de la vida

5 de Febrero del 2021 - Juan Santos Suárez (Oviedo)

Soy y trabajo como médico de cuidados paliativos en el área sanitaria de Oviedo y hago equipo con una profesional de la enfermería. Nosotros, como el resto de equipos de paliativos, hemos continuado acudiendo a los domicilios de aquellos pacientes en el final de la vida, o de los muy enfermos, durante la actual pandemia como así lo hacíamos antes de que llegara el SARS-CoV-2 a nuestras vidas, al igual que lo han hecho otros sanitarios, pues es de este sector de quien estoy hablando.

Los pacientes que nos llegan son referidos por profesionales que trabajan en el hospital o en la atención primaria de salud y, como he dicho, los atendemos en su domicilio, pues la enfermedad les dificulta mucho, cuando no les imposibilita, salir de su casa.

En estos últimos meses hemos observado un añadido extra a nuestro trabajo diario: el sufrimiento que ha supuesto el covid en todo nuestro entorno asistencial, pero esto se aprecia con una mayor intensidad en las residencias geriátricas, cuyos residentes han recibido, en su mayoría–luego explicaré porque uso esa palabra y no todos– la vacuna para el covid. Les cuento ahora una experiencia reciente para ilustrar lo que digo: nos llaman de una residencia para atender a una mujer de avanzada edad que se niega a comer durante su obligado aislamiento de dos semanas tras el alta hospitalaria por una infección que no era covid; la paciente estaba vacunada de covid y las PCR, tanto las del hospital como las realizadas en la residencia donde vivía, habían sido negativas. La mujer en cuestión se niega a comer y nos llaman a nosotros para valorar la situación. La paciente responde a estímulos, habla algo y es consciente de lo que hace, de hecho, me coge con sus manos la mía: son sus manos las que sujetan la mía. Ella permanece aislada las dos semanas reglamentadas, según el actual protocolo vigente para residencias, al final de las cuales se le hace una PCR para que pueda incorporarse a la vida habitual del centro, pero no llega viva, fallece al día siguiente, eso sí con PCR negativa.

Todo el trabajo lo hemos hecho, todos en general, cumpliendo las normas técnicas indicadas según protocolos o normativa vigente, pero esto ha generado un gran sufrimiento, muy evidente en las personas vulnerables y que ha ocasionado, probablemente, el fallecimiento de esta mujer y quizá de otras muchas personas cuando no un mayor deterioro de su salud mental o física al exacerbar la patología crónica que padecen. Es pues: ¡horroroso! ¿Hasta cuándo? ¿Se puede hacer de otra manera?

Reflexiones: los equipos de paliativos hemos percibido, en muchas ocasiones, el sufrimiento de las personas que afrontan solas el final de su vida, y también el de sus familiares directos al no poder estar con ellas como consecuencia de estas limitaciones: solo una persona por día y un máximo de cuatro horas (en estas residencias me refiero), y esto es una llamada de atención para que los responsables de cambiar las cosas lo tengan en cuenta, lo valoren y lo hagan. No todas las personas mayores y frágiles residentes en espacios geriátricos han sido vacunadas contra el covid-19, y de ahí que antes hablase de una mayoría, que no de la totalidad, pues en la Casa Sacerdotal de Oviedo, donde viven 50 residentes geriátricos, sin contar al personal sanitario cuidador, aún no han ido a vacunar contra el covid-19. Por último, y no menos importante, en los hospitales de nuestra comunidad y en concreto en el hospital de referencia para el Principado de Asturias, no existe un equipo específico de cuidados paliativos que pueda ayudar a mejorar el cuidado, y la atención, de todas aquellas personas que ingresadas en ese hospital afrontan el final de su vida, sea por covid-19 o por otra patología, equipo que sería una referencia para el resto de profesionales sanitarios en la toma de decisiones y en los tratamientos que los paliativistas utilizan en el final de la vida de estos enfermos.

Muchas gracias a todos ustedes por el tiempo dedicado a la lectura de esta carta, y a los responsables sanitarios, que, estoy seguro, la tendrán en cuenta.

Cartas

Número de cartas: 45292

Número de cartas en Mayo: 136

Tribunas

Número de tribunas: 2050

Número de tribunas en Mayo: 12

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador