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Buenaventura: otro obispo del pueblo que fallece

5 de Febrero del 2021 - Javier Arjona (Siero)

Monseñor Epalza, obispo emérito de Buenaventura, ha fallecido a causa de un derrame cerebral. Tenía 81 años. En su recuerdo y en el de los medios colombianos está la gratitud; y el reconocimiento de su valentía por denunciar las "casas de pique".

También por señalar directamente la corrupción y defender "a cuerpo" los derechos humanos.

Su sucesor en la mitra, monseñor Rubén Darío Jaramillo, también lo está diciendo: "Siguen existiendo 'casas de pique' en Buenaventura".

El obispo de la ciudad portuaria más importante sobre el Pacífico hace una cruda radiografía de la violencia que la azota, los descuartizamientos, las fronteras invisibles y el desplazamiento urbano por cuenta de la guerra mafiosa.

Y si lo dicen dos obispos, ¿será que hay mayor credibilidad?

Está en todas las denuncias y numerosos informes constatados. Está en la memoria viva de los sobrevivientes, sea cerca o dentro de los barrios de Buenaventura, o lejos quienes han tenido que huir del terror.

Y está incluso en varios de los informes "asturianos", de las visitas realizadas y las entrevistas a las víctimas.

Está, sobremanera. en el testimonio reciente del dirigente sindical que estuvo varios meses protegido en Asturias, pero regresó a final de año, y todavía en el día de ayer, junto a sus compañeros de sindicato, hubo de intervenir para rescatar a otro trabajador, secuestrado y a punto de ser objeto de "pique", en esas casas que denuncian los obispos y todo el mundo.

¿Y el Gobierno? Se preguntan y nos preguntamos todas.

"Ya sobrepasa los límites de la cordura de descuartizar con motosierras. Eso muestra la sevicia y la falta de humanidad entre estos grupos", denunció el obispo Epalza.

Tres años atrás el obispo fue de los que apoyaron la enorme movilización del Paro Cívico de Buenaventura, "Para Vivir con Dignidad y Paz en el Territorio".

Precisamente acaban de cumplirse dos años del asesinato de uno de los líderes, Temístocles Machado, de aquel Comité Cívico que llegó a acuerdos con un gobierno que no cumple.

Se dice que don Temístocles sabía que lo iban a matar, por las amenazas y porque ya había sufrido otro atentado, y sin embargo no quiso irse de Buenaventura, donde criaba a sus once hijos en un pedacito de tierra que su padre y él habían ocupado y defendido por medio siglo.

"Buenaventura es un pueblo sin ley, no funciona nada, las entidades de control no funcionan", había dicho Temístocles, quien había dedicado su vida a mejorar las condiciones de las comunidades negras de Buenaventura, muchas de ellas desplazadas forzadamente de los ríos Naya, Raposo y Yurumanguí por la acción de grupos armados ilegales.

El despojo de tierras le angustiaba: "El despojo de tierras en Buenaventura es propiciado por los mismos funcionarios públicos, empezando desde el gobierno nacional, hasta el municipal, a través de sus grupos al margen de la ley".

En el mayor puerto colombiano del Pacífico. Donde una de las usurpadoras de tierras es la Terminal de Contenedores de Buenaventura (TCBuen), que en su día tenía participación mayoritaria de la empresa TCB de Barcelona.

En su lenguaje comedido, la OIDHACO ha enviado una enésima recomendación, en la que insta a la Unión Europea, sus estados miembros, Suiza y Noruega a:

"Prestar especial atención a la situación de riesgo de personas defensoras de derechos humanos, líderes y lideresas sociales y miembros de movimientos políticos en este momento de inestabilidad y a llamar al gobierno colombiano a garantizar inmediatamente su protección."

Y al Estado colombiano a:

"Implementar de manera urgente el punto 3.4 del Acuerdo de Paz, que contempla la creación de la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad con el fin de desmontar las estructuras paramilitares; realizar investigaciones conclusivas para esclarecer la verdad sobre los antes mencionados asesinatos y juzgar y sancionar a los responsables, evitando así la impunidad para violaciones perpetradas en contra de personas defensoras de la paz y líderes sociales; garantizar la integridad física y psicológica de todas las personas defensoras de derechos humanos y líderes sociales y políticos, independientemente de sus afinidades políticas".

Habiendo escogido, OIDHACO; a Buenaventura como "caso emblemático", para trabajar en esos términos de tratar de darle vuelta al horror que allí se vive.

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