Estamos atrapados
Desconozco las estadísticas, si es que las hay, pero quiero creer que las barreras impuestas por la pandemia han multiplicado exponencialmente los contactos virtuales.
La distancia social impuesta por las medidas restrictivas que venimos padeciendo invita a establecer contactos de este tipo para mitigar el aislamiento, por lo que caemos fácilmente en la tentación de utilizar los medios electrónicos a nuestro alcance para conocer a otros, creyendo que lo hacemos de forma anónima, sin sospechar que al surcar los mares de internet dejamos un reguero de señales a través de las cuales estamos inevitablemente localizados e irremediablemente controlados.
Por mucho que queramos "disfrazar" nuestra identidad, se sabe perfectamente quiénes somos y a qué nos dedicamos. Lo conocen todo de nosotros. Es inútil tratar de evitarlo. Todos nuestros datos, absolutamente todos, están en esa "nube" abstracta desde la que nos vigilan. No tenemos escapatoria, amigos. Queramos o no, estamos atrapados.
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