Malos aires soplan en España
Es muy triste ver en qué ha devenido nuestra democracia, todo un ejemplo de pactos con la Constitución del 78, aquellos donde nuestros abuelos y padres, que habían jurado no volver a ver nunca más a españoles ni familiares matarse en las trincheras con sumo odio como ocurrió, llegaron a esa triste conclusión, entendimiento, aprendida después de tanta sangre inocente derramada por la triste refriega ocurrida. Todo empezó como lo que vemos actualmente en España, con ataques crueles a la democracia y a los partidos democráticos en el desarrollo de los deberes más sagrados del ejercicio de la misma, en mítines de partidos políticos muy representativos, atacados por gente energúmena todos los días para intimidar a sus dirigentes y a los seguidores ante la pasividad obscena de las fuerzas del orden de esas autonomías como Cataluña y Euskadi, con sus propias fuerzas pagadas por el Estado español. Mi opinión es que no deberían tener esos privilegios y ser todas iguales, con solo las fuerzas del Estado central como el resto de autonomías. ¿Qué democracia hay en España que el jefe del Estado no se atreve a visitar esas autonomías por miedo al mal recibimiento y a agresiones? Cuidado, España, corres serio peligro de repetir la historia por los partidos culpables de no solucionar este tremendo problema de forma seria y urgente en los parlamentos, la voz y entendimiento del pueblo. Mi modesta opinión es que hay que hacer que funcione con rigor la Constitución, que no se pisotee a diario y, lo peor, el pisoteo se está convirtiendo en costumbre y el pueblo lo va viendo con cierta normalidad.
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