Pablo Riesgo, el ejemplo que pocos jóvenes siguen
Resulta difícil comenzar a escribir sobre un joven que, con tan solo 26 años, dejó. Y es más difícil hacerlo porque el chaval que nos abandonó lo hizo por intentar salvar la vida a los demás. Seguro que usted, amigo lector, ya se habrá dado cuenta de que de quien estamos hablando es de Pablo Riesgo, el auxiliar de enfermería que fallecía este fin de semana en el HUCA, en Oviedo, tras haber superado el pasado noviembre el covid-19 en el Hospital de Jove, en Gijón, donde trabajaba. Recuerdo que hace unas semanas, tras su recuperación, la TPA lo entrevistaba. Aún se me pone el bello erizado cuando le escuché contar su historia: lo mal que lo había pasado en la UCI, y sobre todo nunca olvidaré su mensaje a la juventud: "Que nadie se piense que por ser joven el virus le va a respetar. El covid no entiende de edades, por eso le pido a la gente joven que sea responsable, que igual que me pasó a mí les puede pasar a ellos"... Palabras que hoy, tras su fallecimiento, deberían ser recuerdo y referencia a seguir por todos esos miles de jóvenes, irresponsables, que cada fin de semana, desafiando la invisibilidad del virus asesino, se reúnen para celebrar el botellón, olvidándose del riesgo que corren sus vidas y las de sus seres queridos. Para ellos, para esa juventud irresponsable e insolidaria, tuvo duras palabras en el funeral de su hijo Luis Manuel Riesgo: "Los irresponsables no merecen que se jueguen la vida por ellos si caen en una UCI", declaraba entre lágrimas. Más adelante, recriminaba a "los que aplaudisteis desde los balcones a las ocho y ahora salís de fiesta, sois unos hipócritas. No respetáis a los que se juegan la vida por vosotros", concluía, entre los aplausos de los compañeros de su hijo...
Pablo Riesgo, nuestro joven mártir de esta maldita pandemia. Él dio lo mejor que tenía por todos nosotros: su vida. D.E. P.
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