La egolatría y la soberbia también matan
Es terrible lo que ha pasado en Norteamérica, aunque al menos no haya noticias de envenenamientos al contrario de como sucede en otras latitudes. No hace falta llegar a eso, con la propaganda envenenada es suficiente. Lo verdaderamente nefasto de estas formas del poder es que los ciudadanos recogen el mal ejemplo de quienes debieran ser el modelo en defender los valores que sostienen a una sociedad y una parte de esa sociedad, la más débil, se siente atraída por estas pequeñas guerras de poder como en un juego. Si usted, querido lector, ha mantenido los valores morales al gobernar a su familia, no creo que sus hijos formen parte de esa sociedad que no tiene argumentos, o no tiene razón, pero quiere vencer al oponente con alguna forma de violencia. Debería enseñarse el respeto a la ley y a la justicia, como alma del Gobierno de un país, de una sociedad y de una familia. “El que quiera amar la vida y ver días buenos... busque la paz” (1 Pedro 3:10,11). Si lo que estamos viendo es el sabotaje a la ley, al derecho, a la justicia y al orden, por cualquier clase de interés, a la manipulación o al ataque directo a lo que defiende los legítimos derechos del ser humano, entonces estamos abocados al caos. Recuerdo de mis viajes a Múnich en los ochenta que me sorprendía el silencio y la fácil convivencia en una ciudad de millón y medio de habitantes, capaz de albergar a cinco millones de visitantes durante la feria de la cerveza, además de otras ferias industriales a lo largo del año. No sé si Alemania entera, pero aquella ciudad era la prueba de un buen Gobierno. Seguramente las cosas estén cambiando también allí. Entonces el ciudadano era muy colaborador con el orden, hoy ya habrá mayoría de otra generación que en general es menos disciplinada, o no se la ha disciplinado. Hoy las formas educadas, dan risa, ni hacen falta para gobernar, ni representar, ni conquistar siquiera a una chica. ¡Un momento!, tengo que huir del banco, el humo del cigarro de... se me está colando en los pulmones.
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