Riopedre en la cárcel
Joe Biden, tras el asalto al Capitolio, pronunció estas palabras: “Seré muy claro: las escenas de caos en el Capitolio no reflejan a los Estados Unidos reales, no representan lo que somos”.
Lo que está sucediendo con José Luis Iglesias Riopedre las trae a mi memoria. Al sentimiento de pena, impotencia e injusticia se une la convicción de que su permanencia en prisión no refleja la Asturias real, no representa lo que somos.
El pasado 5 de febrero supimos que al etarra Troitiño, condenado por 22 asesinatos, se le concedía en Madrid el tercer grado porque padece un cáncer incurable; dos días después, obtenía en Álava el mismo beneficio M.ª Jesús Otero -enjuiciada con Riopedre y con una condena mayor que la de él-, también por razones humanitarias. Entiendo estas decisiones y tantas similares, previstas en nuestro ordenamiento jurídico y siempre justificadas caso a caso.
Lo que no se puede entender es que Riopedre siga en la cárcel. Es un anciano gravísimamente enfermo, que ha cumplido una cuarta parte de la condena, que no puede reincidir y en el que no se ha apreciado enriquecimiento personal derivado del delito ni se determinaron responsabilidades civiles, dice la sentencia. Es un anciano, añado, sin delitos de sangre. Cumple todas las condiciones necesarias para que lo excarcelen, pero se oponen la Fiscalía y el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria con argumentos filosóficos o sociológicos, como el fin último de la justicia o la desmoralización que causaría en la sociedad su pronta puesta en libertad.
No puedo hablar por la sociedad, solo por mí y por lo que pulso y oigo a la gente. Y lo que nos desmoraliza es la crueldad de dejar que un anciano muera en prisión, cuando podemos evitarlo con la ley en la mano. Lo que nos crea alarma social es que las razones humanitarias pesen menos en Asturias que en Álava o en Madrid.
Riopedre fue condenado a cinco años y dos meses. Desde un punto de vista ético y humanitario, ¿de verdad queremos que pase sus últimos días en la cárcel? ¿Con qué objetivo? ¿Deseamos en serio ser esa clase de sociedad? Y vuelvo a Joe Biden: esta no puede ser mi Asturias, esto no representa lo que somos.
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