Si es necesario, a pedradas. ¿Qué dice esa?
Los votantes de Vox no son herederos del franquismo, pero son los que menos critican la dictadura y los que más se opusieron al traslado de los restos del dictador. No son Trumpistas, sin embargo, son los que más han defendido las actitudes del derrotado presidente. No son desconfiados, pero son los menos predispuestos a vacunarse.
Los de Trump, enemigos de los socialistas, y de la corrección política. Y muy predispuestos al asalto. De los votantes de Abascal quizá podemos decir lo mismo. Contra los socialistas han sido especialmente belicosos. Aunque los que animaron a rodear el Congreso, en 2016, no fueron ellos.
Hago esta reflexión por dos motivos:
1. Se ha dicho que Vox más que un partido es un movimiento. Y yo no acabo de ver la diferencia. Tal vez es la reacción al movimiento independentista. ¡Acción, reacción!
2. Se ha actuado muchas veces limitando su libertad de expresión. Y yo no lo veo razonable. Se criminaliza el movimiento, especialmente desde los partidos e instituciones independentistas catalanas. El otro día, Mireia Boya, de la CUP, dijo lo siguiente: “Contra Vox, si es necesario, a pedradas”.
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