Puerta falsa para llegar a la Universidad
El artículo 14 del capítulo II de nuestra Constitución dice: «Los españoles son iguales ante la ley».
Después de esto resulta un poco extraño admitir como constitucional lo sucedido en las universidades españolas. Me refiero, cómo no, al singular método que han utilizado para conceder las plazas en universidades con números clausus para el curso 2010-2011.
Los estudiantes de Bachillerato de este país han tenido que afrontar los exámenes de la PAU (como muy bien indican estas siglas: prueba de acceso a la Universidad) para conseguir una nota a la que se aplica el 40 por ciento para promediar con el 60 por ciento de la nota media en el Bachillerato, y así obtener la nota final media de la fase general (un máximo de 10 puntos) que podían aumentar en 4 puntos realizando otro segundo examen específico para carreras con numerus clausus (en total se puede obtener un máximo de 14).
Sin embargo, los estudiantes de Formación Profesional accedieron directamente, es decir, sin examen de PAU, únicamente y exclusivamente con la nota obtenida en sus estudios (un máximo de 10 puntos), pudiendo aumentar todavía otros 2 puntos con 2 módulos específicos. Se da además la circunstancia de que la mayoría alcanzó los 12 puntos o muy próximo (algo desprende cierto tufillo).
Parece por tanto muy evidente la desigualdad de oportunidades, puesto que los estudiantes de Formación Profesional no han tenido que preparar un examen de la envergadura de la PAU, con el consiguiente riesgo que conlleva, puesto que de la nota conseguida se tendría que aplicar la misma proporción que expliqué anteriormente para los estudiantes de Bachiller.
Con todo esto quiero dejar bien claro que no tengo nada en contra ni de los estudiantes ni de la titulación de Formación Profesional, estudios que por otra parte creo fueron concebidos con la intención de preparar a personas para el desarrollo de determinadas profesiones muy necesarias en nuestra sociedad, pero no para acceder de esta forma que se hizo este año a estudios universitarios, puesto que para eso ya se dotó al Bachillerato.
Me imagino que al escribir esta líneas algo de razón tendré cuando el propio ministro de Educación recientemente dejó muy claro en medios de comunicación de este país la injusticia que el real decreto ocasionó al facilitar el acceso libre de la Formación Profesional a las Universidades, contemplando exclusivamente para cursos posteriores el acceso a la Universidad a través del Bachillerato.
Pues bien, con todo esto se ha conseguido, según el artículo publicado por LA NUEVA ESPAÑA el día 20 de julio, que casi 3.000 estudiantes que han realizado los exámenes de la PAU en Asturias y querían entrar en alguna Universidad con numerus clausus, tengan que realizar sus estudios fuera, puesto que salvo en Medicina, Biotecnología y Odontología, donde la nota de corte se quedó por encima de 12 (puntuación máxima que podían obtener en el curso de Formación Profesional) han copado el 50 por ciento de las plazas.
Queda muy claro que este curso, señores ministro, consejero y demás autoridades de Educación, pasará a los memoriales de la historia como la Promoción Universitaria de Formación Profesional 2010-2011.
También sería interesante conocer por parte de instancias judiciales si tal situación chocaría con el espíritu de la Constitución española al igual que ocurre con otros temas, dígase Estatut catalán, etcétera.
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