El aburrimiento del pueblo
A la vista de lo que viene sucediendo desde hace ya bastante tiempo, que la Democracia significa la “soberanía del pueblo y el control de los políticos que elegimos libremente”, no se puede decir que sea una falacia porque, mientras no se demuestre lo contrario, es el único, si no el mejor sistema político conocido, pero en los tiempos que corren su significado se parece más a un espejismo de su propio planteamiento que a una verdad intrínseca.
Quiere esto decir que estamos ya un poco hartos y bastante aburridos de que nos toreen, lo que se traduce en una desgana y desafección de todo lo que tenga que ver con la política y los políticos, porque ya no nos creemos nada. Ni a la derecha, a la derecha de la derecha, a la izquierda, a la izquierda de la izquierda, al centro derecha, al centro izquierda, o al centro centro.
Habría que subirse al ático para que los árboles nos dejasen ver lo que se cuece en las cocinas de la demagogia y del populismo barato de los partidos, tan a la orden del día.
Me pregunto qué pasaría si hoy se convocaran elecciones. Dadas las circunstancias se podría producir una abstención “histórica”, muy peligrosa para una Democracia que está muy vapuleada por unos y por otros.
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